La catedral de Oviedocobra entrada desde hace un año para visitarla. Lo curioso es que ha doblado su número de visitantes desde que se llevó a cabo la medida de cobrar por entrar, exactamente. Por ello nos preguntamos con Javier Sardá, Lucía Etxebarría y Juan Andriansens si lo gratuito pierde valor para las personas. También nos preguntamos si cuando más tendemos a pagar por algo, mejor no parece.
Juan Adriansens comenta que "en el campo de la estética, siempre ha sido así, pero más ahora. La gente no entiende de arte, y ahora si algo es caro, es bueno, y si no, es malo. Eso pasa constantemente, y hace poco con el primer cuadro estrella de Rembrandt que no era nada de particular, y lo compararon por tres millones de dólares. Un cuadro empalagoso, pero la gente iba a ver ese, y el resto no lo miraba nadie. E igual con muchas otras obras".
Javier Sardá opina que "la gente va a ver cosas que tienen valor incalculable, que han visto cientos de veces en la tele. Acercarse hace que sea especial".
Lucía Etxebarría apunta que "no sólo ayuda el precio, ayuda que se hace un negocio y las empresas ahora se encargan de que acudan los turistas. Lo más importante que hay en la vida es gratis y no se puede comprar".