Los fósforos nos comentan las experiencias vividas en el cine de verano del pueblo o la playa donde veranean. Mientras debatimos sobre cine con nuestro crítico Rafa Fernández, los oyentes nos hacen reír con sus historias. Marisol veraneaba de pequeña en Alicante e iba con amigas al cine de verano: “Empezaban a repartir bocadillos, y nos poníamos las botas...después con el chocolate también y lo recuerdo muy bien. Cambiaban cada semana de película, las míticas románticas de los años 50”.
Conchi, por el contrario, asistía al cine de verano en Córdoba, su tierra: “Íbamos todos los días, era en las gradas. Incluso sigo yendo todavía eh. Lo recuerdo con un cariño enorme, con nuestra botella de agua o gaseosa y pipas”.
Otra fósforo como Sete, de 57 años, dice que tenía 10 cuando veía películas en el cine en verano: “De Marisol, Pili y Mili... cuando íbamos al cine yo me iba a la parte de delante y los asientos eran de cemento. La verdad que he visto muy poco en el cine porque un simple beso era ya para mayores”. Nos desvela esta mujer, ahora los tiempos han cambiado.
“Todavía existe el cine de verano”, dice Ana María. Nos llama desde Torrejón de Ardoz y en verano el alcalde pone un cine de verano en la plaza de toros: “Antes íbamos toda la familia y ahora eso ha cambiado, jóvenes por un lado y mayores por otro, pero el bocadillo se sigue llevando".