Recorrer los Caminos de Pasión en verano
Los Caminos de Pasión agrupan lugares maravillosos que no suelen ser los más visitados cuando vamos a Andalucía, pero todos los pueblos ensamblados en esta ruta tienen estupendas semanas santas. El nombre es precioso, porque la pasión siempre nos parece atractiva, pero en este caso la pasión es la de la Semana Santa, aunque se pueden visitar todo el año.
Andalucía | 30.06.2024 11:50
Lo más atractivo que tienen es su belleza, su historia y su encanto y también sus estupendos productos gastronómicos, de manera que lo que proponen los Caminos de Pasión es que descubramos la Andalucía más auténtica y profunda, en diez pueblos de una zona media de Andalucía, unidos por una línea horizontal en el mapa, a lo largo de las tres provincias andaluzas que no tienen costa, Jaén, Córdoba y Sevilla. Alcalá la Real en Jaén, en Córdoba Baena, Cabra, Lucena, Priego de Córdoba y Puente Genil y cuatro pueblos en Sevilla, Carmona, Écija, Osuna y Utrera.
Están equidistantes de Sierra Morena y de la costa sur y son fascinantes
Es una ruta de las maravillas, sembrada de sorpresas y de tesoros artísticos, pueblos todos de pasado musulmán, que encontraron el esplendor en tiempos cristianos, llenándose de templos y palacios renacentistas y barrocos y que se afirmaron en su nueva identidad cristiana, volcándose en las más fascinantes tradiciones de Semana Santa.
La Semana Santa les vuelve del revés, todo se concentra en los desfiles procesionales, algunos originalísimos, como el de Puente Genil, donde salen en la procesión todos los personajes del Nuevo y del Viejo Testamento, con máscaras, cada uno llevando en brazos algún símbolo para que lo identifiques, Noé con el Arca en brazos, por ejemplo… O Baena, donde salen a la calle miles de judíos coliblancos y colinegros que atruenan con su tamborrada las calles de la ciudad en una fiesta total y potentísima, sin duda menos conocida de lo que merece, pero como tu decías si quieres conocer los pueblos es mejor ir en cualquier otro momento a lo largo del año.
En Jaén está Alcalá la Real, con una fortaleza espectacular, altísima y extensísima, preciosa y muy aventurera. Si vas con niños es casi un parque de atracciones, al que puedes acceder trepando por un túnel excavado en la tierra, para salir a una gran plataforma que es un nido de águilas con vistas de 360 grados y arriba hay casi una ciudad, una torre del homenaje convertida en museo del tiempo de guerras entre musulmanes y cristianos, hay catapultas, bodegas, un gran templo y un pozo de la nieve, una maravilla, que nos recuerda que está viva la memoria de aquellos tiempos medievales. A mí me encanta también Carmona, que tiene otra fortaleza increíble, es el Alcázar de la Puerta de Sevilla, donde se pueden ver superpuestas construcciones de cuatro civilizaciones, las más antiguas son las cartaginesas, a la que se sumaron las romanas. Carmona fue una importante ciudad romana, luego volvió a ser importante con los árabes, que reforzaron las murallas y sobre las árabes se sumaron las cristianas. Y es que Carmona domina desde su altura la llanura del Guadalquivir, que era riquísima, aunque parte de su importancia se la debía a que el Guadalquivir era navegable hasta allí, cerca del último puerto fluvial. Y por allí salían las riquezas agrícolas andaluzas camino del Mare Nostrum y de Roma.
En Carmona hay un estupendo Parador Nacional en lo más alto de la ciudad con unas vistas estupendas sobre la llanura. Un parador muy bien integrado en la antigua fortaleza árabe, de buena arquitectura moderna, discreta y elegante, y con una piscina en la ladera muy bien dispuesta, es un Parador privilegiado.
Las iglesias barrocas de estos Caminos de Pasión son especiales
Los cristianos que conquistaron Al-Ándalus vivieron en la euforia, se apropiaban de grandes extensiones de terrenos fértiles y bien irrigados, mucho mejores que las ásperas tierras de Castilla y allí crearon grandes latifundios y los propietarios se enriquecieron cargándose de títulos nobiliarios y eso generó un esplendor en la construcción de templos, primeros renacentistas y luego barrocos.
Por eso, en la ruta de los Caminos de Pasión se encuentran algunas obras maestras del barroco andaluz y español.
Te quedas absolutamente asombrado cuando entras en la iglesia de los Descalzos en Écija, o en la de la Asunción de Priego de Córdoba y llegas a la capilla del Sagrario, miras hacia arriba y ves una constelación de figuras recubriendo hasta el último rincón de las paredes y cúpulas con una decoración exuberante. Es una locura y una maravilla que te podrías pasar horas mirando, como en la capilla del Sagrario de San Mateo en Lucena, por cierto, las dos capillas del Sagrario con su tabernáculo en el centro. Pero el barroco luce también en piezas tan sorprendentes como la Fuente del Rey en Priego de Córdoba, un conjunto de fuentes y estanques con estatuas que se terminó pareciendo a Versalles y es una insólita maravilla en un extremo del pueblo, que tiene otra fortaleza visitable y un largo adarve convertido en balcón sobre un paisaje enorme.
Son pueblos de estupendos monumentos
Ideales para pasear por esas callecitas con encanto de fachadas blancas y tejados de teja. Casi todos los pueblos tienen ese aire inconfundiblemente andaluz de casitas blancas de ventanas con rejas, palacios con portadas barrocas y callejones llenos de plantas y flores. Hay barrios que no tienen nada que envidiar a la judería de Córdoba. Cuando te pierdes en las callecitas del Barrio de la Villa en Priego de Córdoba, o en el Barrio de las Cruces de Alcalá la Real, o en el Barrio de Santiago en Lucena, o en los barrios de la Villa y del Cerro en Cabra, realmente te sumerges en la magia de los pueblos blancos tradicionales de Andalucía. Pero yo quiero destacar también que la riqueza procede de un campo fértil y generoso y de las tradiciones gastronómicas que también son protagonistas del viaje por los diez pueblos de los Caminos de Pasión.
El aceite es el verdadero protagonista de ese paisaje y de las delicias gastronómicas
Lo mejor son las experiencias visitables, por ejemplo es recomendable visitar una instalación aceitera como Suerte Alta, cerca de Baena, una almazara propiedad del Marqués de Prado, que es arquitecto y hace un aceite de ensueño, pero sobre todo porque ha diseñado una sala de depósitos de acero que parece el escenario de una película de ciencia ficción, muy hermosa, vanguardista, en la que elabora un aceite formidable. Es un ejemplo de la enorme calidad que destila el campo andaluz, y que ahora se pueden visitar, puedes ver olivares ecológicos y conocer las cuatro DO de aceite, las de Priego de Córdoba, Baena, Lucena y Estepa.
Y hay visitas organizadas para conocer los vinos, por ejemplo, los de Montilla Moriles y el Vino de la Tierra Sierra Sur de Jaén, pero también elaboran quesos y yogures tradicionales, destilados, cervezas artesanales, picos y regañás. Las maravillas de todo tipo que acumulan estos pueblos no caben en un solo espacio, pero yo invito a que la gente se asome a esta propuesta a través de una página web estupenda, la de Caminos de Pasión, llena de información práctica para que no te pierdas nada viajando a tu aire, yendo en coche, en moto o en autocaravana.
Y también puedes hacer la ruta, a pie, en bicicleta o a caballo siguiendo el sendero GR 341, con más de 320 kilómetros repartidos en 3 provincias y 25 municipios. Pero puedo asegurarte que en pocos sitios es Andalucía tan rica y tan auténtica como en estos grandes pueblos del interior, cargados de vida, de historia y de monumentos, bien preparados para recibir a los viajeros, pero donde puedes integrarte en su vida cotidiana, compartir sus plazas llenas de niños jugando, sus restaurantes y esas reposterías en las que se te hace la boca agua.