Con el arriado de la enseña nacional en la Base Gabriel de Castilla, situada a 13.000 kilómetros de España, el Ejército de Tierra da por finalizada su XXXV Campaña Antártica tras cuatro meses de intenso trabajo en Isla Decepción para apoyar las labores de investigación de diferentes agencias como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) o varias universidades.
Antes de partir, el comandante Víctor Mariño, jefe de la Base, acompañado por el teniente Mario Garzón, del mando de ingenieros, y el brigada Francisco Pintos, responsable de la navegación y movilidad de militares y científicos, han explicado en el programa De cero al infinito en qué ha consistido su labor en el Polo Sur a lo largo de este tiempo. Una operación que comenzó hace casi un año con el entrenamiento y preparación del equipo en la sierra de Benasque (Aragón).
Además de la puesta en marcha de la base y de las labores de acondicionamiento y mantenimiento del lugar, los militares españoles han tenido entre sus cometidos la organización logística así como garantizar la seguridad de todos los visitantes durante su estancia y también en los desplazamientos por Isla Decepción.
También durante esta Campaña y dentro del plan director de infraestructuras, el Mando de Ingenieros en territorio antártico ha llevado a cabo la ejecución de un nuevo módulo taller, que se terminará definitivamente en la siguiente Campaña, y el desmontaje de los iglús que han servido a la base para múltiples usos.
La Campaña Antártica del Ejército de Tierra es la operación en activo más antigua de las Fuerzas Armadas españolas y tiene carácter anual. Ahora la Base Gabriel de Castilla permanecerá cerrada a la espera de la llegada de los efectivos de la XXXVI Campaña prevista para finales de año, coincidiendo con el comienzo del verano austral.