La academia explicó que el premio se le otorgaba por su obra polifónica que le hace un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo.
La obra de Alexiévich, en la que se destacan sus reportajes literarios sobre Chernobil o sobre mujeres en la II Guerra Mundial, tiene que ver ante todo con la extinta Unión Soviética.
Sin embargo, hay otros trabajados en los que también aborda también la situación actual de su país, Bielorrusia, y de Rusia.
Hija de un militar bielorruso y de madre ucraniana, Svetlana Alexiévich vivió desde pequeña en Bielorrusia, donde sus dos progenitores eran maestros.
Fue allí, en la capital bielorrusa, Minsk, donde en 1967 comenzó a estudiar periodismo y, después de licenciarse, se marchó a la ciudad de Biaroza, provincia de Brest, para trabajar como reportera en el periódico local y como maestra en la escuela.
Tras años de dudar entre el periodismo o la enseñanza, tuvo la oportunidad de trabajar en un diario de Minsk, del que saltó a la revista literaria Neman para la que escribió reportajes, ensayos y narraciones.