Madrid | 09.02.2023 17:34
Espada y hábito. Son los símbolos con los que Mario Vargas Llosa ha leído su discurso de ingreso en la Academia Francesa, llamado “de instalación” en el lenguaje académico del país vecino. Para poder ocupar el sillón número 18 de la Academia y quedar en posesión de la palabra “xérès” (Jeréz, en español, palabra que se le ha atribuido al Premio Nobel) Vargas Llosa ha entrado en el pleno vistiendo un traje especial color verde con hilos dorados y portando una espada.
Se trata de un revestimiento que adquiere un simbolismo moral y de grandeza, desde que el Cardenal Richelieu fundara la institución en 1635, bajo el reinado de Luis XIII. Los 700 miembros que a lo largo de la historia han formado parte de la Academia Francesa, son reconocidos como “Los inmortales” y son considerados como verdaderos jueces de la palabra. Están revestidos de una autoridad moral especial.
Es un traje verde y dorado con bicornio (sombrero de dos picos) y con capa, que fue diseñado por el pintor Jean-Baptiste Isabey. Es el mismo traje para todos los miembros del Instituto de Francia, que agrupa a las diferentes Academias. El verdadero grupo de “los inmortales”. Unicamente los miembros que acceden a la Academia Francesa y que pertenecen a la Iglesia, están exentos de vestirlo, así como de portar la espada.
Con estos símbolos, Mario Vargas Llosa queda unido de por vida a la Academia. Aunque dimitiera por algún motivo, su nombre no sería reemplazado hasta después de su fallecimiento,
La espada que ha portado hoy Mario Vargas Llosa fue fabricada el año pasado por un herrero en Toledo, por encargo especial de la entonces compañera sentimental de Vargas Llosa, Isabel Preysler.