Del 'hijo en apuros' a la estafa amorosa como la de Morata: los engaños más comunes actualmente en Internet
La exposición continua a Internet ha provocado un aumento de las estafas 'online' en los últimos años.
👉 La 'doble estafa' en el triple crimen de Morata: El asesino confeso se arruinó tras prestar dinero a las hermanas
📲 Policía Nacional detiene por estafas cometidas con la modalidad del “familiar en apuros”
💔 Así engañan a sus víctimas estafadores del amor como los del crimen de Morata de Tajuña
El triple asesinato de Morata de Tajuña (Madrid) tiene su origen en una de las conocidas como 'estafas del amor'. Las dos hermanas fueron víctimas de un engaño amoroso con falsas identidades perpetrado a través de Internet por el que acabaron endeudadas.
Pero las estafas sentimentales no son las únicas que amenazan la seguridad de los usuarios. Son muchas las "trampas" en las que los delincuentes intentan que caigamos dentro del mundo 'online'.
El inspector Antonino J. Flores Rodríguez, jefe de Grupo Fraude Comercio Online de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional, recuerda a EFE los riesgos a los que nos exponemos cuando interactuamos en Internet, algo que hacemos casi a diario.
¿Cuándo hay más peligro? El inspector explica que nos exponemos más "cuando estamos en situaciones de desventaja o vulnerabilidad", es decir, "a la hora de encontrar trabajo, cuando queremos establecer una relación afectiva o cuando queremos contratar, comprar o alquilar algún servicio con alta demanda, como un piso o una entrada de un concierto".
Pero también "cuando damos por sentado que la información que recibimos por internet es cierta, tomando como de total confianza consejos de inversión, páginas web de comercio 'online' totalmente desconocidas con precios muy ventajosos, etc..."
Nos arriesgamos a ser víctimas de estafas cuando "bajamos la guardia ante comunicaciones por vía de nuestro correo electrónico, mensajería o redes sociales que, con distintas excusas, nos invitan a facilitar datos personales, bancarios o de acceso a nuestros servicios de internet", dice el inspector.
"Todo ello se concreta en que aportamos en muchas ocasiones voluntariamente información personal como documentación y datos bancarios y de nuestras tarjetas de crédito, así como "credenciales de acceso a nuestros servicios que posteriormente serán utilizados en nuestra contra", concluye el experto policial.
Para poder protegernos de estas estafas lo mejor es conocer en qué consisten. A continuación, recopilamos algunos de los muchos engaños que proliferan en internet:
El hijo en apuros
La víctima recibe por WhatsApp un mensaje de alguien que se hace pasar por su hijo y que le pide dinero con alguna excusa: que se le ha estropeado o perdido el móvil y está usando el de un amigo, que se le ha roto la maleta, que se encuentra en el extranjero sin dinero... Finalmente, la víctima hace una transferencia o pago.
Las compras 'online'
Es fácil picar si no se está familiarizado con las compras por internet. Por ello, los expertos aconsejan no fiarse de aquellos comercios 'online' que ofrezcan precios anormalmente bajos o productos de distinto tipo al mismo precio. Y cuidado con las tiendas 'online' que suplantan a marcas muy conocidas, sobre todo deportivas.
La estafa amorosa
El caso de las hermanas de Morata, Amelia y Ángeles, de unos 70 años, es uno de los ejemplos más recientes del peligro de esta estafa. A través de la red mantuvieron un romance, como ellas decían, con dos militares estadounidenses destinados en Afganistán, a quienes enviaron miles de euros hasta acabar en la ruina. Pidieron prestado a sus allegados para seguir dándoles dinero. Lo recuperarían cuando sus enamorados virtuales cobraran una herencia. El final, todos lo conocemos.
Alquileres de casas que no existen
Proliferan en internet anuncios fraudulentos de alquileres que intentan que la víctima pique con casas que no existen y precios de chollo. Y hay más en vacaciones. Comparar esos precios con los del mercado real, escudriñar las fotos para ver si las han copiado de plataformas legales o sospechar si el supuesto dueño no puede enseñarte la vivienda pueden evitar que caigas en la trampa.
Nunca contestes con un "sí"
Contestar con un inocente sí al teléfono puede complicarte mucho la vida. Porque inmediatamente puede salirte un mensaje grabado que te felicita por haberte suscrito a algo por un precio nada desdeñable. Por ejemplo, 200 euros. Más tarde, volverán a ponerse en contacto contigo para anular esa suscripción. Eso sí, te pedirán datos personales y bancarios. No piques.
¿El que te roba es tu agente bancario?
Esta estafa se llama 'vishing'. Puede que recibas una llamada de tu agente bancario. Es probable que en la pantalla de tu móvil aparezca el nombre de tu entidad y el teléfono. Es el primer paso para que te fíes.
Los siguientes de tu falso agente son variados. Con excusas varias, pueden conseguir tus credenciales bancarias, tus códigos de seguridad, tu número de tarjeta y hasta que hagas en esa llamada una transferencia de dinero a otra cuenta. Desconfía de cualquier llamada del banco que no hubieras pedido ni esperaras.
El 'carding'
El Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) define el 'carding' como un tipo de fraude que utiliza los datos de tarjetas para usarlas de manera fraudulenta. ¿Cómo obtienen los delincuentes esos datos?
Hay muchas formas, como el 'vishing' que señalábamos antes, pero también con la distribución de algunos sofware maliciosos capaces de capturar las pulsaciones del teclado, por ejemplo.
Pero también con empleo de lectores con comunicación inalámbrica RFID o NFC capaces de obtener los datos de la tarjeta. Se acercan a la tarjeta de la víctima a una distancia inferior a los 15 centímetros y en cuestión de segundos, se guardan los datos, recuerda el Incibe.
Las inversiones en criptomonedas
La víctima recibe un correo de alguien conocido (suplantado, claro). Cuando lo abre, le lleva a un enlace de un falso artículo de un importante medio de comunicación donde aparecen famosos contando lo bien que les ha ido invirtiendo en criptomonedas. Incluyen incluso enlaces a otros medios para dar mayor veracidad.
A partir de ahí, la maquinaria de la estafa se pone en marcha para que, finalmente, actives una cuenta de correo y desde ella, suplantando tu identidad, se propague la falsa noticia y, por tanto, el fraude.
La sextorsión
En tu correo electrónico recibirás un mensaje en el que se te dice que no publicarán tus vídeos íntimos si les pagas en bitcoin. Obviamente, los delincuentes no cuentan con esas imágenes.
La Agencia Tributaria te escribe
Otra estafa que prolifera es la que suplanta a la Agencia Tributaria, que te envía un SMS para que le facilites los datos de tu cuenta para reembolsarte una cantidad de la declaración de la renta, además de un bono social de 200 euros. No pinches en el enlace.
Un mensaje de tu banco
Una estafa similar puede provenir de tu supuesto banco. También te envía un SMS para informarte de un cargo (que no has hecho) o de que se ha bloqueado tu cuenta. Para solucionarlo te redirige a un enlace. No lo pinches, porque te robarán las credenciales de acceso a tu cuenta.
La multa de la DGT
También se ha detectado una campaña de SMS fraudulentos suplantando a la DGT. En ella se informa a la víctima que debido a una multa de tráfico debe revisar el expediente de infracciones que adjuntan en un enlace que te lleva a una web fraudulenta. Robarán tus datos.
De nuevo la agencia tributaria
Se ha denunciado también el envío de SMS donde se pide a la víctima que suba la foto de su DNI por ambas caras y la de una nómina a una supuesta web de la Agencia Tributaria para solucionar una incidencia en la declaración de la renta que ha sido multada con una alta cantidad.
El paquete inesperado de Correos
Ha proliferado también un correo electrónico de Correos (suplantado, claro) en el que se informa a la víctima de que no se le ha podido entregar un paquete. Para poder reenviárselo, tendrá que rellenar un formulario que, al final, incluye los datos bancarios para pagar una tarifa de servicio. La cantidad será mínima, pero ya tienen tus datos para usarlos en otro fraude.
Estos son solo algunos ejemplos de estafa. Pero hay muchas más, dirigidas tanto a particulares como a empresas. Mucho cuidado.