DEPORTE

Un estudio revela por qué algunas personas tienen una mayor predisposición a hacer deporte que otras

Una de las actividades más beneficiosas para la salud del ser humano, es el deporte. Sin embargo, algunas personas tienen más motivación para practicarlo que otras. Un estudio del CNIO ha revelado la razón detrás de esta diferencia.

ondacero.es

Madrid | 19.08.2024 19:04

Un competidor corre por William Street durante el inicio del City to Surf 2018 .(Foto de Ryan Pierse/Getty Images) | Getty

A todos nos ha sucedido que, en ciertos días, hacer deporte resulta más complicado que en otros. Sin embargo, para algunas personas, la motivación para realizar ejercicio puede ser prácticamente nula. Esta interesante diferencia entre los seres humanos ha sido objeto de estudio en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

El CNIO podría haber identificado un "interruptor" que influye en el deseo de activarse físicamente, al descubrir que durante el ejercicio se activan proteínas que fomentan una mayor actividad física. Este hallazgo ha sido publicado en la revista Science Advances.

El músculo regula las ganas de actividad física

"Hemos descubierto cómo el propio músculo regula el interés por el ejercicio a través de una vía de señalización entre músculo y cerebro que no conocíamos, y que es una de las que controlan el impulso de hacer más ejercicio cuando ya estamos activos, porque debe de haber varias", explica Sabio, jefa del Grupo de Interacción entre Órganos en las Enfermedades Metabólicas del CNIO.

El estudio muestra que las proteínas producidas por los músculos durante el ejercicio se autorregulan para evitar que el deseo de ejercitarse en exceso pueda llegar a ser perjudicial para el organismo.

¿Cómo ha sido el estudio?

Los resultados del estudio se basan en datos obtenidos tanto de modelos animales como de humanos, incluyendo voluntarios que realizaron ejercicios controlados y pacientes con obesidad. Esto lleva a los autores a sugerir que la vía de señalización identificada "juega un papel crucial en la regulación de la actividad física tanto en ratones como en humanos" y "refuerza su importancia clínica" dada la conocida relación entre los hábitos de ejercicio, la obesidad y las enfermedades metabólicas.

Cuando hacemos ejercicio, nuestros músculos se contraen repetidamente, lo que activa dos proteínas llamadas p38α y p38γ. Estas proteínas son como "interruptores" que, dependiendo de cómo se activen, pueden aumentar o disminuir nuestras ganas de hacer ejercicio.

Además, hay una tercera proteína involucrada llamada interleuquina 15 (IL-15). Cuando la proteína p38γ se activa durante el ejercicio, provoca la producción de IL-15. Esta proteína viaja por la sangre hasta el cerebro y envía una señal al córtex motor, la parte del cerebro que controla el movimiento. Como resultado, esta señal motiva al cerebro a aumentar la actividad física, lo que hace que los animales, y probablemente los humanos, se sientan más inclinados a moverse y hacer ejercicio de manera voluntaria.

“En este estudio desvelamos que la activación de p38γ muscular inducida por el ejercicio conduce a la producción de IL-15, que posteriormente aumenta la actividad física espontánea. También hallamos este eje p38γ/IL-15 en humanos después del ejercicio, lo que subraya su relevancia clínica a la hora de promover el ejercicio entre la población”, publican los autores del estudio en Science Advances.

El estudio también revela que el deporte trae beneficios constantes

En estudios con humanos, se encontró que las proteínas p38 se activan en los músculos durante ejercicios de intensidad creciente, lo que también provoca un aumento de la proteína interleuquina 15. Sin embargo, se observó que las personas con obesidad tienen niveles más bajos de esta proteína en sangre.

Esta conexión con la obesidad es crucial, ya que es el desorden metabólico más común a nivel mundial y su incidencia sigue aumentando. Dado que el ejercicio regular es una estrategia efectiva tanto para prevenir como para tratar la obesidad, estos hallazgos podrían tener importantes implicaciones clínicas.

“La correlación entre la activación de p38γ en el músculo humano durante el ejercicio intenso y el aumento de los niveles de IL-15 en sangre pone de relieve la importancia terapéutica potencial de esta vía en el tratamiento de la obesidad y las enfermedades metabólicas”, explicaba el artículo de Science Advances.