Este es el significado de que nos falle la memoria y nos olvidemos del nombre de las personas

A medida que envejecemos es natural que nuestras funciones cognitivas experimenten cierto declive, lo que puede afectar nuestra capacidad para recordar nombres, fechas o detalles cotidianos. Pero este tipo de episodios cada vez son más frecuentes en todas las franjas de edad y nos puede llevar a alarmarnos, ya que no poder recordar el nombre de una persona que conocemos nos puede frustrar. ¿Qué hay detrás de estos lapsos de memoria? ¿Por qué ocurren y cuándo deberían ser motivo de preocupación?

Por norma general, este tipo de olvidos tienen explicaciones científicas y forman parte del funcionamiento normal de nuestro cerebro, aunque en ciertos casos pueden estar relacionados con otros factores que conviene conocer.

¿Por qué olvidamos los nombres de algunas personas?

Nuestro vertiginoso ritmo vital, unido con la hiperconectividad y el exceso de información, afectan directamente nuestra memoria. El estrés crónico y la exposición a múltiples estímulos al mismo tiempo dificultan la concentración y la capacidad de retener datos, lo que explica por qué olvidar nombres, direcciones o tareas pendientes es cada vez más frecuente. Además, la falta de atención en el presente y el hábito de repartir nuestra energía mental en diversas actividades provocan una sensación constante de dispersión.

Así mismo, otro aspecto clave en la dificultad para recordar nombres es el fenómeno de la anomia momentánea. Este término se utiliza en neurociencia para describir la incapacidad momentánea de evocar una palabra específica en el momento necesario. Esta situación, que suele generar frustración, puede ocurrir en cualquier etapa de la vida y no necesariamente indica un problema grave de memoria, sino más bien una desconexión temporal en el acceso a la información almacenada en el cerebro.

Aunque otras causas que nos pueden provocar anomia momentánea son:

• Estrés y ansiedad: La activación del sistema nervioso puede interferir con el acceso a las palabras.
• Falta de sueño: La fatiga mental afecta la memoria y la recuperación de vocabulario.
• Sobrecarga de información: Demasiados estímulos simultáneos pueden dificultar la evocación de términos.
• Envejecimiento normal: Con la edad, el acceso a ciertas palabras puede volverse más lento sin que ello implique un problema neurológico.

¿Cuándo debo preocuparme ante la falta de memoria?

Olvidar nombres, fechas o detalles cotidianos es algo común y, en la mayoría de los casos, no representa un problema grave. Sin embargo, cuando estos olvidos se vuelven más frecuentes, afectan las actividades diarias o vienen acompañados de desorientación y confusión, es importante prestarles atención.

No hay que olvidar que existen diversos factores, como el estrés o ciertas condiciones médicas, que pueden influir en nuestra memoria. Por ello, ante cualquier inquietud, lo mejor es acudir a un profesional de la salud para evaluar la situación y, si es preciso, actuar a tiempo.