Madrid |
Es posible que tengas mucho menos tiempo del que imaginas para causar una primera impresión. Según las investigaciones, las personas hacemos juicios de valor sobre la capacidad, la fiabilidad, la competencia y otros rasgos de la personalidad en tan solo una décima de segundo.
Ya sea esa primera impresión fugaz del primer segundo o lo que provocas en tu interlocutor en los primeros minutos, esa percepción "instintiva" suele perdurar en el tiempo. Como dice el refrán, no tendrás una segunda oportunidad para causar una primera impresión.
No parece justo, especialmente porque las consecuencias pueden ser enormes, desde no conseguir el trabajo que quieres a perder una segunda cita con esa persona que te resulta atractiva.
La pregunta, entonces, es ¿cómo asegurarnos de que esa primera impresión sea buena? La respuesta es sencilla y muy efectiva: concentrándonos en esa persona y no en nosotros mismos. En otras palabras: muéstrate interesado, no interesante.
Aunque parece de sentido común, los estudios lo respaldan y los expertos en comunicación y oratoria han descubierto que a la gente le suele gustar que te intereses por ella. A menudo sentimos que tenemos que impresionar a nuestro interlocutor en un primer contacto, sin embargo, es mucho más efectivo poner el foco en la persona que tienes delante y dirigir en encuentro hacia una conversación cálida y memorable que haga que la otra persona se sienta atendida.
Pero hacerlo no siempre es tan sencillo como decirlo, aquí te mostramos tres sencillos pasos para encandilar a tu interlocutor:
Puedes demostrar que estás escuchando y que estás interesado, manteniendo el contacto visual, asintiendo, inclinando la cabeza o inclinándote hacia adelante mientras tu pareja habla, o parafraseando lo que dijo y pidiendo confirmación. También puedes imitar sutilmente el lenguaje corporal, las expresiones faciales o los patrones vocales de tu interlocutor para proyectar tu empatía, respeto y deseo de establecer una conexión. Cuando el interés es genuino, el lenguaje corporal se amolda sin siquiera pensarlo con el de tu interlocutor.