La cosa número 1 que los padres se "olvidan por completo" de enseñar a sus hijos
El valor de estas pequeñas cosas, sus posibilidades de ser felices cuando sean mayores les ayudarán mucho a lo largo de su vida.
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Madrid |
A la hora de educar a los más pequeños, muchas familias concentran sus esfuerzos en enseñar a sus hijos a limpiar sus habitaciones, actuar de manera responsable y hacer los deberes. Y aunque estas cosas son importantes, la política demócrata y fundadora y directora ejecutiva del colegio concertado Success Academy Charter Schools, en Nueva York, Eva Moskowitz, considera que hay una cosa que muchas olvidamos por completo: enseñarles cómo disfrutar de la vida.
Moskowitz ha pasado décadas trabajando con padres y educando a estudiantes de comunidades desfavorecidas y según explica en un artículo de la CNBC, se ha dado cuenta de que aunque los adultos pensemos que los niños aprende de manera natural cómo ser felices, muchos niños crecen y se convierten en adultos infelices. Existe una diferencia entre disfrutar de la vida cuando somos niños pequeños y estar preparados para disfrutar de la vida cuando somos adultos.
Cómo afecta el consumismo en la educación
Actualmente, recibimos diariamente muchísimos estímulos publicitarios que nos venden la idea de felicidad si consumimos. Nos dicen que nos "regalemos" sus productos, están tratando de hacernos creer que comprar cosas es la recompensa máxima, que seremos felices solo si compramos un coche más lujoso o una casa más grande.
Bajo la experiencia la Moskowitz, las personas son más felices cuando su vida incluye algún tipo de actividad significativa y productiva. "Lamentablemente, constantemente nos bombardean con el mensaje de que la felicidad proviene del consumo", expresa.
¿Cómo podemos inculcar a nuestros hijos que la felicidad no proviene del consumo, sino de vivir experiencias? Sin duda es inevitable que los niños no se vean influenciados por la sociedad actual, donde aunque tu hijo no está expuesto directamente a mucha publicidad, puede estar expuesto a la cultura que esta publicidad ha creado. Por ejemplo, su amigo le muestra un juguete nuevo increíble que ha comprado y con el que jugará durante la semana siguiente hasta que reciba otro juguete, o asiste a una fiesta de cumpleaños en la que un amigo recibe una lluvia de regalos.
Una técnica que Eva Moskowitz anima a implementar a las familias es usar la fecha del cumpleaños como una oportunidad para reforzar sus valores: "Mi esposo Eric no recomienda los regalos para su cumpleaños y, en cambio, pide que nuestros hijos compartan con él un recuerdo de algo que hayan disfrutado haciendo en familia.", explica. "El concepto de expresar su amor por alguien dándole un regalo es una buena idea que alguna vez funcionó bastante bien, pero muchos niños reciben tantas cosas hoy en día que rápidamente se vuelve excesivo", reflexiona la política. Aunque regalos con un significado especial que pueden ser también buenas opciones para fortalecer los valores de sus hijos, como tarjeta hecha a mano, hacerle un pastel casero o recitar un poema.
"Los niños deben comprender que, si bien el dinero puede darles la oportunidad de ser felices, no pueden consumir para alcanzar la felicidad", finaliza Moskowitz.