La luz de los días se acorta, las temperaturas bajan y comenzamos a ver la típica estampa de las personas con abrigos y bufandas. También la de los pañuelos, los mocos, la tos y otros síntomas que llegan acompañados del otoño, que saluda a buena parte de los virus estacionales.
Uno de los más comunes es el virus influenza, el que causa la gripe estacional y que afecta a muchas personas. Dependiendo del caso, puede ser leve o grave, aunque los expertos coinciden en un aspecto: es una enfermedad que se puede prevenir y así reducir el número de casos, ingresos e incluso muertes en las complicaciones más graves.
La mejor manera de prevenir la gripe es vacunarse para evitar la mayor propagación entre la población, sobre todo en grupos de riesgo como mayores de 65 años, niños u otros pacientes con patologías que pueden complicar la enfermedad.
Los expertos señalan por lo general que el momento ideal para administrar la vacuna contra la gripe es entre septiembre y octubre. El doctor Edward Liu, jefe de Enfermedades Infecciones en el Hospital de la Universidad Hackensack Meridian Jersey Shore, ubicado en Nueva Jersey (EEUU), sostiene que es mejor no posponer la dosis para alcanzar la mayor protección en el momento de mayor incidencia.
Y es que el pico de la gripe suele llegar en noviembre, diciembre e incluso enero, por lo que conviene llegar a ese momento con la vacuna administrada desde hace un tiempo prudente.
El doctor Edward Liu va más lejos e incluso considera que el mejor rango de fechas para vacunarse es "a finales de octubre" de cada año.
Por ejemplo, en España, la campaña de vacunación suele empezar entre septiembre y octubre, entendiendo que son los meses ideales. En la Comunidad de Madrid, el calendario de citas comienza el 7 de octubre y finaliza el 31 de enero.
El ECDC enumera los principales síntomas a los que se enfrenta un paciente con gripe: