Ucrania se defiende de las acusaciones llegadas desde Moscú sobre el atentado que el pasado domingo acabó con la vida de la hija del filósofo ruso Alexander Dugin, considerado la mano derecha de Putin.
Mykhailo Podoliak, asesor de Zelenski y miembro del equipo designado por Kiev para negociar un posible alto el fuego, ha asegurado a través de su cuenta de Twitter de estas acusaciones no son "más que fruto de la propaganda" del Kremlin que "está creando nuevamente mundos ficticios".
Rusia asegura que "el crimen fue preparado y ejecutado por los servicios especiales ucranianos" y acusa a una supuesta agente de los servicios secretos identificada como Natalia Vovk.
El explosivo fue cuidadosamente colocado en el coche donde viajaba Daria Dugina y estalló cuando el vehículo alcanzó una gran velocidad que le hizo volar al otro lado de la carretera. El coche manipulado era del propio Dugin, por lo que varios conocidos de la familia denuncian que "el objetivo" real era él.
Podoliak, por su parte, ha señalado que los rusos "sorprendentemente no encontraron" los visados que usaron tanto Vovk como su hija para huir a Estonia tras el atentado.
Los nombres de Aleksandr Dugin y Daria Dugina estaban desde hace tiempo en la lista de sanciones de los Estados Unidos. El filósofo es conocido como el cerebro de Vladimir Putin y se considera que ya estuvo detrás de la adhesión de Crimea en 2014. Es un férreo defensor del Proyecto Eurasianista y propone un modelo pluralista ante la supremacía de EEUU. Varios expertos han podido observar similitudes entre el lenguaje y la posición de Putin y Dugin.
Daria Dugina, por su parte, era una periodista y activista política que se había mostrado a favor de la posición del Gobierno Ruso en materia de política exterior. Ha transmitido su ideología a través de artículos publicados en medios de comunicación afines a la expansión rusa. Estados Unidos la incluyó en su lista de sancionados el pasado mes de marzo por su labor como directora de la web UWI, considerada un medio de desinformación.