Tras un año de conflicto bélico, en el que Ucrania está siendo el mayor damnificado, Putin continúa con su propuesta de reducir a cenizas el país vecino, con el objetivo de "desnazificarlo".
La estrategia del dirigente ruso implica la utilización de misiles hipersónicos, unos artefactos que, ya en marzo de 2018, Rusia anunció el ensayo de un misil de este tipo, "Kinzhal", capaz de burlar el escudo antimisiles de EEUU.
Los misiles hipersónicos se caracterizan, principalmente, por superar la velocidad del sonido, establecida en 343 metros por segundo. El primer uso de este tipo de armamento en la guerra fue durante el pasado mes de marzo de 2022, cuando Rusia atacó Ucrania al cumplirse un mes de contienda.
Pueden llegar a superar los 24.000 kilómetros en una hora. En comparación con los aviones de pasajeros, viajan a alrededor de 950 kilómetros a la hora.
Sin embargo, el régimen ruso y el de los ayatolás, en Irán, no son los únicos que cuentan con estos misiles. Asimismo, China y Estados Unidos también desarrollan sus propios programas.
Existen, hasta la fecha, tres tipos de misiles hipersónicos: aerobalísticos, vehículos de planeo hipersónico (HGV) y de crucero.
Los primeros se caracterizan por lanzarse desde un avión. Se acelera a la velocidad hipersónica mediante un cohete y continúa sin motor. Por otro lado, los HGV son impulsados por un cohete hasta una gran altitud y luego planea hasta su objetivo, maniobrando durante su viaje.
Finalmente, los crucero superan los 340 m/s impulsados por un cohete, manteniendo su velocidad gracias a un motor de aire "ramjet".
Se tratan de un tipo de armamento difícil de defender, debido a la velocidad, maniobrabilidad y trayectoria de vuelo. A esto, se le suma la posibilidad de estar cargados con materiales nucleares y la capacidad de burlar los escudos antimisiles actuales.