Así es el plenario donde a partir de mañana los socialistas debatirán sobre el futuro del PSOE. Así es el plenario, vacío, a oscuras, en silencio...Menos rojo que en anteriores puestas en escena, minimalista, como corresponde a tiempos austeros. Se llenará el Palacio Municipal de Congresos de Madrid en las próximas horas de voces, de propuestas y de ruido, el ruido que no quiere escuchar la dirección socialista, el de los nombres y apellidos de los que podrían suceder al secretario general.
La cúpula del PSOE pretende que las protagonistas sean las discusiones sobre cómo debe ser el nuevo socialismo, las propuestas para atraer el voto perdido, cuatro millones de votos perdidos. Pero todos saben que aquí lo que interesa es averiguar cuanto antes si Alfredo Pérez Rubalcaba pretende seguir llevando el timón o dejará paso a las nuevas generaciones, como aconseja Felipe González que debe hacer el buen líder.
En este plenario se propondrán ideas, fórmulas, recetas para enderezar al maltrecho partido socialista, pero será en los pasillos, en los despachos, en los recovecos del Palacio Municipal de Congresos y hasta en la cafetería, donde realmente se intercambien favores, se negocie y se pacten apoyos a cambio de lealtades que en política duran bien poco. Un debate dentro y otro fuera. Se los iremos contando.