Susana Díaz critica "los regalitos fiscales" de Rajoy antes de las elecciones
La presidenta andaluza, Susana Díaz, ha asegurado este miércoles que su deseo es que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sea el próximo jefe del Gobierno, si bien ha considerado que cuando pasen las elecciones, los socialistas tienen que abordar una "reflexión interna" en su próximo congreso.
La presidenta andaluza ha subrayado que "se va a dejar la piel" para que Sánchez gane y que "no va a perder ni un minuto" en cuestiones internas hasta el 26 de junio.
"De lo que hay que hablar ahora es de España y de lo que ofrecemos a España, y una vez que pasen las elecciones, y quiero estar en la investidura de Pedro Sánchez cuando gane las elecciones, el PSOE tendrá un proceso de reflexión interna y lo haremos como en otras muchas ocasiones, en la que nos escucharemos todos los compañeros y optaremos por lo mejor", ha manifestado.
Díaz, en un desayuno informativo en Madrid organizado por Nueva Economía Fórum, ha sido muy dura con el anuncio realizado por Rajoy a través de una entrevista publicada en el diario británico Financial Times, en la que dice que evaluaría bajar impuestos si es reelegido en las elecciones generales del 26 de junio.
Un anuncio efectuado a cuarenta días de los comicios, "sin criterio, sin ningún tipo de análisis y sin llevar a cabo una reforma fiscal que tiene que ser justa y solidaria", se ha quejado Díaz.
Según ha dicho, el sistema fiscal no puede estar "al arbitrio, el capricho y la ocurrencia" que antes de unos comicios vaya teniendo el equipo de estrategia electoral de Rajoy.
La presidenta de la Junta de Andalucía ha considerado que España ya fue reprendida por los "regalitos fiscales" de Rajoy antes de las elecciones del 20 de diciembre y ha lamentado que ahora, ante una nueva convocatoria electoral, vuelva a poner el nombre de España "sobre el tapete" y lleve al país a una situación "delicada" ante la UE, justo cuando se habla de la multa que puede imponer Bruselas por incumplir el objetivo de déficit.
Así las cosas, ha opinado que la política fiscal del Gobierno de Rajoy "se ha convertido en una tómbola", convencida de que "no es serio" efectuar ese tipo de anuncios en precampaña electoral.
Respecto al programa de estabilidad enviado a la UE, ha dicho que no comparte que se reduzca el peso de la educación pública en el PIB del 4 al 3,7 por ciento, cuando la OCDE recomienda hasta 5 por ciento, ni que se baje un punto el de la sanidad pública.
"¿Cuándo ha decidido este país que tenemos que bajar drásticamente lo que invertimos en sanidad y educación públicas? ¿Realmente es lo que necesita este país?", se ha preguntado, y ha insistido en que decisiones como esa "no se pueden hurtar al conjunto de los ciudadanos".
También ha apostado por que las comunidades autónomas tengan una financiación adecuada, aunque ha pedido que se rehuya la confrontación política llevada a términos "absurdos", porque su juicio es que el Gobierno tiene que hacer lo que le toca, al igual que las comunidades y los ayuntamientos. Y, a ser posible, que cada administración tenga un competencia, ha apostillado.
En este contexto, ha calificado de "desalentador" el enfrentamiento permanente entre el Gobierno y las autonomías, y también ha considerado importante decidir qué políticas se blindan y qué se quiere mantener a la hora de evaluar cómo seguir cuadrando las cuentas.
Ha avisado no obstante del riesgo de que una de las tres "patas" de la administración, en este caso la central, esté tanto tiempo en "interinidad", después de que no se haya podido formar gobierno y haya que repetir las elecciones.
España "no se puede permitir seis meses más" en esa situación, ha advertido Díaz, en cuya opinión se empiezan a notar, "y mucho", las consecuencias de esa interinidad, porque empieza a bajar el consumo minorista y los ciudadanos están desasosegados.
Durante su intervención, Díaz ha alertado contra el populismo como el del candidato republicano Donald Trump, cuyo ascenso ha vinculado con el respaldo de personas que se sienten perjudicadas por la crisis y que optan por el cambio aunque no sepa dónde les va a conducir.
El populismo es uno de los dos "viejos fantasmas" que reaparecen también en Europa en los momentos difíciles, junto al nacionalismo, y en algunos casos adquieren formas antieuropeas, como pasa con el referéndum sobre la salida de la UE del Reino Unido.
Ha señalado que en el caso concreto de España el caldo de cultivo del populismo se abona también con la corrupción y con la cuestión territorial.
Para acabar con la corrupción, en opinión de Díaz, hay que "querer acabar" con ella, tener voluntad para hacerlo, porque no basta sólo con poner más jueces o aprobar más normas.
También ha hablado de la crisis de refugiados y ha sido para criticar la "vergonzosa" falta de iniciativa de los gobiernos europeos, incluido el español, a quien ha pedido una actuación más proactiva para decidir hacia dónde va Europa.
Y en respuesta a unas palabras del presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha dejado claro que nunca va a compartir que "la estabilidad y la dignidad del empleo sean cosas del siglo XIX".