El presidente del CGPJ, Vicente Guilarte, ha defendido este jueves que los nombramientos de los altos cargos judiciales deben seguir siendo competencia del Consejo General del Poder Judicial dejando claro que "no es en ningún caso admisible propiciar cualquier zona de influencia del Gobierno" en ellos.
Guilarte ha reenviado hoy a las presidencias del Congreso y del Senado su propuesta actualizada de modificación del sistema de nombramiento de magistrados del Tribunal Supremo, de cargos gubernativos del Poder Judicial y de designación de los vocales del órgano de gobierno de los jueces.
En respuesta a la propuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de revisar la política de nombramientos de la alta magistratura mediante una reforma parlamentaria, Guilarte le da la bienvenida al "círculo" de quienes creen que el problema radica en la fórmula de elección de los altos cargos judiciales y consideran necesario someterlos a los principios de mérito y capacidad.
Pero advierte de que los nombramientos "deben persistir residenciados en el CGPJ por imperativo de la lógica constitucional más elemental asentada" en la Carta Magna y añade que "no es en ningún caso admisible propiciar cualquier zona de influencia del Gobierno, sea directamente o se enmascare a través de organismo o comisión interpuesta".
El presidente interino del CGPJ ya remitió en abril a los presidentes del Congreso y Senado, los llamados por la Constitución a renovar el órgano de gobierno de los jueces, en un movimiento definitivo antes de renunciar al cargo si no prospera con éxito su pretensión, tal y como ya explicó en la entrevista con Carlos Alsina en Más de Uno.
En su propuesta Guilarte plantea un Consejo compuesto por vocales sin contaminación política previa y sin peso e influencia a la hora de nombrar cargos judiciales.
Vicente Guilarte se detiene en el gran obstáculo que supone la polarización de las negociaciones entre PP y PSOE para la renovación, que "conduce fatalmente" a un diferente entendimiento de la fórmula y a la confrontación de dos modelos que no confluyen hasta el infinito.
"Parecería que el fondo del desencuentro radica en el afán de los grandes partidos por apropiarse de una mayor cuota de poder, de este Poder, lo que en anteriores ocasiones había planteado alguna dificultad para la renovación, pero que hoy se ha tornado en un problema irresoluble", planteaba el vocal presidente.