"El PSOE vio otro partido"
A juzgar por la valoración casi eufórica del PSOE sobre la "actuación" de su candidato, derrotado por la abrumadora mayoría de los sondeos, los socialistas parece que anoche vieron otro debate.
Es lo que tiene la política. Los equipos de campaña están tan cegados por el amor a sus candidatos y la confianza en sus posibilidades, que hay veces que parece que viven en otro planeta. Si el adorable extraterrestre que creó Eduardo Mendoza en "Sin noticias de Gurb" volviera de nuevo a la Tierra y escuchara el análisis que hace el PSOE del primer y único cara a cara de Mariano Rajoy y Pérez Rubalcaba, pensaría que los de Ferraz están más perdidos que él o que los terrícolas, en general, estamos muy confundidos.
Porque sí, sí, el PSOE habló de victoria por goleada, de valoración muy positiva, de objetivos cumplidos y anoche recibió a su candidato como si de un héroe se tratara, con ovación y aplausos.
Cierto es que la imagen televisiva de Mariano Rajoy no ayuda, no le ayuda a él, esa hiper expresividad de su rostro que mueve a la risa o a la ternura. Pero tampoco le ayudó a Rubalcaba ese tonillo autoritario que conocen bien los que están más cerca de él. La suma de ambos no mezcló bien y el resultado fue decepcionante para el común de los mortales. Para todos, menos para los equipos de campaña, ciegos de amor por sus líderes, con esa venda en los ojos que se imponen los que están enamorados hasta la médula y luego se dan el golpetazo cuando se agota la pasión y ven a la persona de carne y hueso que tienen enfrente.
Otra muestra más de que la política "confunde", como decía aquél.
Ya pasó el debate y vamos a por el quinto día de campaña. Destino socialista, hoy, territorio enemigo, de nuevo: Castilla La Mancha.