El Govern y la CUP denuncian un "juicio político" a Artur Mas por el 9-N
La CUP, a las puertas de la negociación con Junts pel Sí para la investidura del futuro presidente de la Generalitat, ha cerrado hoy filas con el presidente en funciones y candidato a la reelección, Artur Mas, ante su imputación por el 9-N, que el Govern ha calificado como un "juicio político
Dos días después de las elecciones catalanas, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha imputado a Artur Mas en un momento en el que la CUP y Junts pel Sí preparan el terreno para negociar la investidura del futuro president. Antes de conocer la imputación, el cabeza de lista de la CUP el 27S, Antonio Baños, insistía en que no harán "descarrilar" el proceso soberanista, aunque tampoco investirán a Mas.
Sin embargo, la decisión del TSJC, que ha citado a declarar a Mas el 15 de octubre -en el 75 aniversario del fusilamiento del expresident Lluís Companys a manos del régimen franquista-, puede favorecer el clima de entendimiento y flexibilizar las posiciones iniciales de la CUP, al ver a Mas como un president procesado por poner las urnas en contra del criterio del Tribunal Constitucional. Tras conocer la imputación, la CUP ha denunciado: "Estamos ante un nuevo ataque contra las instituciones del país por parte de un Estado demofóbico". La CUP ha recordado que lo que hicieron el 9N Mas y las también imputadas Joana Ortega, exvicepresidenta, e Irene Rigau, consellera de Enseñanza, fue "cumplir con un mandato popular de celebrar un referéndum".
No obstante, frente a quienes interpretan que la imputación de Mas aboca a la CUP a apoyar su investidura, la formación de la izquierda independentista y anticapitalista ha querido puntualizar desde Twitter: "Algunos confunden la defensa de las instituciones catalanas ante los ataques del Estado con el debate sobre la presidencia. Son planos diferentes". "La CUP se mantiene firme en la voluntad de encontrar una presidencia de consenso y firme ante los ataques del Estado", ha añadido. Con vistas a la sesión de investidura que se debería celebrar a principios de noviembre, la CUP ha iniciado un debate para definir la estrategia negociadora a través de su secretariado y asambleas internas, tanto en lo que respecta a la investidura como a la hoja de ruta independentista a aplicar.
Convencidos de que habrá un acuerdo, miembros del futuro grupo parlamentario de Junts pel Sí se han reunido hoy para preparar el terreno de la negociación con la CUP, imprescindible para la investidura de Artur Mas, al que le faltan como mínimo dos votos favorables -además de los de Junts pel Sí- para revalidar el cargo. En el encuentro, celebrado en el Parlament, han acudido el líder de Junts pel Sí, Raül Romeva, los dirigentes de CDC Josep Rull, Jordi Turull y Lluís Corominas y los de ERC Marta Rovira y Lluís Salvadó, bajo la consigna de máxima discreción.
Entre los asuntos tratados, según fuentes conocedoras del contacto, también se ha abordado la configuración del futuro grupo parlamentario de Junts pel Sí. En este contexto, la vicepresidenta y portavoz del Govern, Neus Munté, ha pedido a la CUP "respeto" hacia Mas, después del "aval democrático" de 1,6 millones de votos en las elecciones del 27S a la candidatura Junts pel Sí, que dejó claro "desde el primer minuto" quién sería su candidato a presidente.
En cuanto a la imputación de Mas, Munté ha denunciado que desde instancias del Estado se está promoviendo un "juicio político" contra el presidente de la Generalitat en funciones, lo que representa a su juicio una "anomalía democrática". Por su parte, los partidos de la oposición también preparan sus contactos para comentar cómo afrontan la nueva legislatura. El líder del PSC, Miquel Iceta, y el cabeza de lista del PP, Xavier García Albiol, ya han hablado por teléfono tras el 27S y ambos están pendientes de contactar también con la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que será la nueva jefa de la oposición en Cataluña.