El Gobierno aprueba el nuevo sistema para fijar el precio de la luz
El 1 de abril entrará en vigor el nuevo sistema de facturación de la luz recogido en un Real Decreto que ha aprobado el Consejo de Ministros. Un mecanismo que pretende acabar con el caos en las revisiones del precio de la luz, como el que vivimos a finales del año pasado en aquella "subasta de la discordia". Se acaba con el precio fijo por trimestre y se pagará en función del precio diario del mercado mayorista.
El Decreto aprobado por el Gobierno modifica el sistema de precios para 27 millones de clientes. Un cambio histórico, que no gusta a ninguno de los agentes del sistema. No gusta a las eléctricas, que pedían un año para poder adaptar la facturación al nuevo sistema. Finalmente, el Gobierno les ha dado un plazo de tres meses, hasta el 1 de julio. A partir de entonces las compañías tendrán que empezar a facturar con los precios del mercado mayorista y en función del consumo diario de cada consumidor.
Hasta que llegue el 1 de julio seguirá vigente el sistema fijado por el Gobierno para este primer trimestre, después de suspender la subasta de diciembre, y que fijaba el precio del kilovatio en 48 euros. Como el precio del mercado mayorista ha terminado siendo menor en el primer trimestre (26 euros) las eléctricas tendrán que devolver a partir del 1 de abril el dinero facturado de más a sus clientes, y que según el ministro de industria serán unos 300 millones de euros. Este sistema es el que se prolongará durante el segundo trimestre, por lo que en junio habrá que volver a refacturar, una vez que se compruebe cuál ha sido el precio que fije el mercado mayorista.
Una amalgama legal que complica mucho el sistema y confunde a los consumidores, según las asociaciones, que también critican el nuevo sistema porque entienden que es más complejo y hace más difícil que el cliente pueda comprobar su facturación. David Hurtado, portavoz de la CECU, asegura que “si antes ya era complicado comprobar si nos estaban facturando más o no, ahora lo será más ya que no solo tenemos que saber a qué precio está la energía en cada momento, sino también cuándo la estamos consumiendo y en qué cantidad”, algo que según Hurtado “es prácticamente imposible para un consumidor doméstico normal”.
Por eso los consumidores creen que el nuevo sistema de tarificación es un parche, que siembra dudas y además discrimina, ya que no todos los consumidores tienen instalado los contadores inteligentes que se necesitan para poder facturar con el precio diario. “De esta forma se darán situaciones en las que dos vecinos que consuman la misma cantidad de energía, y uno tenga contador inteligente y el otro no, y por lo tanto uno pague más que el otro consumiendo la misma cantidad de energía” advierte el portavoz de la CECU.
El ministro de Industria insiste en que el sistema traerá consigo una reducción del precio que pagan los consumidores, ya que elimina la prima que se pagaba en las subastas del sistema anterior, el coste de cobertura que fijaban los agentes que intervenían en la fijación del precio. José Manuel Soria cree que a partir de ahora la señal de precio es más clara para el consumidor, que tendrá más capacidad de elección ya que aumentará la competencia. “El nuevo sistema reduce el número mínimo de clientes que tiene que tener una comercializadora para poder operar” ha explicado el ministro “ya no serán 100.000 clientes sino 25.000”. De esta forma, el ministro cree que habrá más competencia y por lo tanto mejores precios para los clientes.
Los consumidores que no quieran someterse a los vaivenes del mercado diario, podrán acogerse también a una tarifa anual (que el Gobierno obliga a ofrecer a las comercializadoras) con un precio fijo para la luz durante todo un año. Lo previsible, eso sí, es que al asegurarse un precio fijo, esta tarifa sea más cara que la tarifa diaria.