Si tu declaración de la Renta es positiva, esto es lo que significa para tu bolsillo
Tu declaración de la Renta ha hablado… y quiere que pagues. Si el resultado es positivo, significa que Hacienda aún tiene algo que reclamarte. Pero, ¿cómo se llega a esta situación? ¿Es posible evitarlo en el futuro?
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Madrid |
Llega ese temido momento del año en el que miles de contribuyentes contienen la respiración al pulsar el botón de "calcular". Unos respiran aliviados; otros, en cambio, ven cómo la pantalla les devuelve un número en rojo acompañado de una palabra que desata escalofríos: "A pagar".
Pero, ¿por qué tu declaración de la Renta ha salido positiva? ¿Significa que ganaste más dinero? ¿Te han retenido poco? ¿O simplemente Hacienda quiere más de lo que imaginabas? Desglosamos las claves de ese resultado y lo que realmente implica para tu bolsillo. Porque, aunque no lo parezca, una declaración positiva no siempre es tan mala como crees. O tal vez sí…
¿Cómo se calcula el resultado de la declaración de la Renta?
Para comprender el motivo de un resultado positivo, es fundamental conocer cómo se determinan los impuestos en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). La base imponible se calcula a partir de los ingresos obtenidos a lo largo del año, los cuales se dividen en dos grandes grupos: la base imponible general y la base del ahorro.
La base imponible general incluye los rendimientos del trabajo, actividades económicas, alquileres y otras rentas que no se integran en la base del ahorro. Por su parte, la base del ahorro comprende los rendimientos del capital mobiliario (intereses bancarios, dividendos) y las ganancias patrimoniales derivadas de la transmisión de bienes.
A estas bases se les aplican reducciones y deducciones estatales y autonómicas que pueden modificar el resultado final de la declaración. Posteriormente, se aplican los tipos impositivos progresivos del IRPF, que son los siguientes:
- Hasta 12.450 euros: 19%.
- De 12.450 a 20.199 euros: 24%.
- De 20.200 a 35.199 euros: 30%.
- De 35.200 a 59.999 euros: 37%.
- De 60.000 a 299.999 euros: 45%.
- A partir de 300.000 euros: 47%.
Motivos por los que la declaración puede salir a pagar
Existen diversas razones por las cuales una declaración de la Renta puede resultar en un pago a Hacienda. Entre las más comunes se encuentran:
Retenciones insuficientes en la nómina: Si la empresa ha aplicado un porcentaje de retención del IRPF inferior al debido, el contribuyente deberá abonar la diferencia al presentar su declaración.
- Ingresos de múltiples pagadores: en caso de haber tenido varios empleadores o haber recibido prestaciones del SEPE, como los ERTE, el umbral de tributación se reduce, lo que puede derivar en un pago adicional.
- Ingresos procedentes de actividades económicas o alquileres: los autónomos o propietarios de inmuebles en alquiler pueden enfrentar pagos adicionales si sus ingresos no han sido objeto de retenciones adecuadas durante el año.
- Percepciones no declaradas correctamente: prestaciones por cese de actividad de autónomos, rescate de planes de pensiones o rendimientos de capital pueden no haberse reflejado adecuadamente.
- Ganancias patrimoniales no exentas: la venta de propiedades, acciones u otros activos financieros puede generar ganancias patrimoniales que están sujetas a tributación.
- No aplicar deducciones disponibles: existen múltiples deducciones estatales y autonómicas que pueden reducir el importe a pagar. Omitir alguna de ellas puede afectar negativamente al resultado de la declaración.
Opciones para el pago de la deuda con Hacienda
Los contribuyentes que se enfrenten a un resultado positivo en su declaración disponen de varias alternativas para abonar la cantidad adeudada a la Agencia Tributaria. Estas opciones permiten flexibilizar el pago y adaptarlo a las necesidades de cada persona:
- Pago único: es la opción más sencilla y rápida. Consiste en abonar la totalidad de la deuda en el momento de la presentación de la declaración. El pago se puede realizar mediante domiciliación bancaria, transferencia o tarjeta de crédito.
- Fraccionamiento en dos plazos: para aquellos que prefieren repartir el pago, Hacienda permite fraccionarlo en dos partes sin intereses adicionales. En este caso, el 60% del importe se abona en el momento de la presentación y el 40% restante en noviembre.
- Aplazamiento o fraccionamiento especial: si el contribuyente no puede afrontar el pago en un solo desembolso, puede solicitar un aplazamiento o fraccionamiento más amplio. Hacienda permite dividir la deuda en mensualidades, aunque en este caso se aplicarán intereses y posibles recargos dependiendo del tiempo de pago solicitado y de la cantidad adeudada. Para acceder a esta opción, es necesario presentar una solicitud justificando la necesidad del aplazamiento.
Cómo reducir el impacto de una declaración positiva
Para evitar sorpresas en futuras declaraciones, los expertos recomiendan tomar medidas preventivas que permitan optimizar la fiscalidad personal y reducir la carga tributaria. Algunas de las estrategias más eficaces incluyen:
- Revisar y ajustar las retenciones en la nómina: los trabajadores pueden solicitar a su empresa que incremente el porcentaje de retención del IRPF, lo que evitará que se acumulen pagos pendientes al presentar la declaración.
- Aprovechar todas las deducciones fiscales aplicables: existen numerosas deducciones y reducciones fiscales que varían según la comunidad autónoma. Gastos en vivienda habitual, inversión en eficiencia energética o donaciones a ONG pueden disminuir la cantidad a pagar.
- Inversiones con beneficios fiscales: productos financieros como los planes de pensiones o las aportaciones a planes de previsión asegurados (PPA) permiten reducir la base imponible y, por tanto, pagar menos impuestos.
- Compensar pérdidas y ganancias patrimoniales: si se han obtenido ganancias en la venta de activos, compensarlas con pérdidas de inversiones anteriores puede ayudar a reducir la carga fiscal
- Realizar aportaciones a entidades solidarias: las donaciones a ONG y fundaciones pueden dar derecho a deducciones de hasta el 80% en los primeros 150 euros donados.
- Planificación fiscal anticipada: hacer un seguimiento detallado de los ingresos y gastos durante el año y utilizar simuladores fiscales de la Agencia Tributaria permitirá prever con antelación el posible resultado de la declaración