Recomendamos (encarecidamente) El Universo DC de Alan Moore (¡o cualquier cosa que escriba este tío!)

Señoras, señores: con ustedes, el maestro… Alan Moore… (aplausos)

No es fácil hablar de alguien al que admiras. A tu cabeza acuden cientos de momentos, emociones y recuerdos que se agolpan y anulan cualquier discurso coherente. Y es curioso, porque en estas situaciones todo nuestro esfuerzo gira entorno a una sola idea: convencer al resto de que lo que a ti te gusta tiene que gustarles a ellos también. A veces, incluso, vamos más allá. Casi sin darnos cuenta, su nombre se cuela en cualquier conversación, poco a poco notamos cómo los demás nos miran raro, empezamos a resultar molestos y olvidamos, de repente, lo que realmente importa porque sólo tenemos ojos para mirarnos en su espejo. Finalmente, cuando sentimos el aislamiento, nuestra existencia ha quedado reducida a su cruel dictadura. Igualito que una droga. Fanatismos… qué miedo dan. Algo parecido me pasó con este tipo hace unos años y juro por lo más sagrado que lo estaba dejando hasta que llegó a mis manos El universo DC de Alan Moore. Adiós terapia...

ondacero.es

Madrid | 04.10.2012 11:44

Portada del 'Universo DC de Alan Moore' | Héroes y Villanos

Hablar de Alan Moore es, con total seguridad, hablar de uno de los pocos guionistas que han elevado el mundo de la historieta a la categoría de arte. Pero si además, hablamos del Alan Moore de los 80… eso son palabras mayores, amigos, porque toda su mejor obra data de esa época: V de Vendetta (1982-87), La Cosa del Pantano (1984-87), Watchmen (1986-87), Batman: La broma asesina (1988), From Hell (1989-99)… Por citar algunos ejemplos, que no los únicos, porque como podemos ver, entre rato y rato también tuvo tiempo para crear lo que ECC Ediciones acaba de publicar. Un recopilatorio con algunas de las mejores historias que este genio creó cuando estaba en la nómina de DC Comics, concretamente entre 1985 y 1988. Las más que recomendables Para el hombre que lo tiene todo y ¿Qué fue del hombre del mañana? Con un Superman en situaciones difícilmente imaginadas hasta entonces; El día del padre en donde el Vigilante se las verá con un cabeza de familia algo trasnochado o mi favorita, Barro mortal, en donde la fuerza del villano eclipsará al mismísimo Batman convirtiéndole en un secundario de lujo. Todo eso sin mencionar, la grandísima Broma asesina o algunos ejemplos magistrales de las series Green Lantern y Green Lantern Corps. Ahí queda eso.

A continuación y sin que sirva de precedente voy a dejar salir un rato al yonki que antes mencionaba para que os explique un par cosillas. A ver si puede.

Alan Moore nació en Northampton, Reino Unido, a comienzos de los 50. Al principio trabajó para el mercado de su país en revistas como 2000AD o Warrior. Precisamente, en ésta última, se publicó desde marzo del 82 Marvelman, que más tarde pasaría a ser Miracleman. Un superhéroe creado en 1954, cargado de clichés y con un tufillo a plagio descarado del Capitán Marvel. Pues bien, Moore cogió este personaje y lo remodeló hasta tal punto que dinamitó las historias de superhéroes. Algo así como lo que hizo Cervantes con las novelas de caballerías. Desde entonces, el mundo superheróico no ha vuelto a ser lo mismo. Toda una revolución en su época, que sólo afectaría a Gran Bretaña, por ser el ámbito de publicación de la revista Warrior. Sin embargo, ese impacto se plasmaría años después, cuando toda una generación de aficionados que creció con esta serie se dedicase de forma profesional y comenzase a trabajar para el mainstream estadounidense, aportando frescura y atrevimiento a un mercado anclado en lo comercial. Es el caso, por ejemplo de Neil Gaiman, Grant Morrison, Warren Ellis, Mark Millar, Jaime Delano… Casi nada. Luego la DC le ficharía y llegarían los títulos que citamos anteriormente. Aunque su naturaleza revolucionaria y defensora de los derechos de autor a ultranza le han granjeado más de mil disputas con todas las editoriales para las que ha trabajado.

¿Pero dónde radica su verdadera importancia? Pues, obviando que es y será el referente de algunos de los mejores guionistas de la actualidad y que fue el primero en romper con la inocencia de los primeros superhéroes hasta convertirlos en desechos violentos y oscuros, podríamos hablar de sus elipsis, de la simultaneidad y paralelismo de textos e imágenes, de la intercontextualización de elementos ajenos a pripori a la historia y luego fundamentales para que todo encaje, de sus innumerables alusiones y tremenda documentación, etc. Elementos, sin embargo, que han servido para que sus detractores le acusen de inflar tanto un globo, que en el fondo no esconde más que carencia de trasfondo. ¡Por Tutatis! Juraría que eso mismo es lo que hacen esos tipos que crearon Lost y que, desgraciadamente, todo lo que tocan se convierte en oro. Sí, sí J.J.Abrams y Damon Lindelof. ¡Qué mal repartido está el mundo! En fin, ya va siendo hora de que devuelva al yonki a su redil que empieza a divagar.

Háganme caso y aunque sea sólo por curiosidad, lean algo de Alan Moore. Se lo dice uno que se ha dejado un pastizal en cursos y Masters en donde se supone que te van a enseñar a escribir, perdón, estructurar una historia, y resulta que luego uno lee cualquier cosa de este hombre y aprende más que en todo un año escuchando a vendehúmos y cantamañanas… Valientes capullos. Avisados quedan.

Edición original:El universo DC de Alan Moore

Publica: ECC Ediciones

Guión: Alan Moore

Dibujo: Dave Gibbons, Klaus Janson, Jim Baikie, Kevin O´Neill, George Pérez…

Formato: Cartoné, 304 págs. Color.

Precio: 25 €