Un conductor portugués sobrevive 30 horas herido y atrapado en su coche en un terraplén del Xurés
Con múltiples golpes, sin fuerzas, aquejado de hipotermia tras pasar una noche en la que los termómetros bajaron de cero, y con severas lesiones de pronóstico muy grave, Duarte Miguel Pimenta Soeiro, un portugués de 57 años, fue encontrado "por casualidad" ayer, tras 30 horas sin ser localizado en la zona del Xurés
Con múltiples golpes, sin fuerzas, aquejado de hipotermia tras pasar una noche en la que los termómetros bajaron de cero, y con severas lesiones de pronóstico muy grave, Duarte Miguel Pimenta Soeiro, un portugués de 57 años, fue encontrado "por casualidad" ayer, tras 30 horas sin ser localizado en la zona del Xurés. Vencido, ya no podía articular palabra. Lo subrayan fuentes del operativo de emergencias, de Ourense y Portugal, que durante 30 horas peinó la frontera entre Lobios y Portela do Home -en territorio luso- para localizar al conductor. Un accidente de tráfico lo dejó herido de gravedad e incapaz de abandonar su coche, un Renault Scenic. Desde la tarde del lunes, además, su teléfono móvil estaba sin batería. Tampoco funcionaban las luces del turismo a consecuencia del impacto. El conductor fue encontrado ayer, en torno a las 5 de la tarde. Su coche, destrozado tras salirse de una pista y chocar contra varios árboles, estaba en el fondo de un terraplén de unos 10 metros de desnivel.
Una patrulla de Extranjería de la Policía que provenía de un control rutinario de documentación en la "raia" encontró al desaparecido en un barranco tras ver un reflejo y reparar en la zona. Por allí ya había sobrevolado el helicóptero de la Guardia Civil. Los integrantes del operativo de búsqueda también pasearon esa zona durante la batida, sin éxito; ya era de noche. La vegetación y la ubicación del coche a unos diez metros de la pista forestal que conduce al repetidor de televisión de Santa Eufemia, complicaron la localización.
De Oporto con casa en Lobios
El hombre tiene residencia en Oporto pero él y su familia acuden periódicamente a la aldea de Vilameá, en Lobios, donde tienen una vivienda. Uno de sus hijos fue la última persona que contactó con él por teléfono tras el siniestro, además de agentes de la GNR lusa y bomberos. Varios parientes reforzaron la batida con vehículos de monte. Presenciaron, conmocionados, las tareas de rescate. El conductor sufrió una salida de vía por causas que se desconocen en torno a la 1 de la tarde, hora en Portugal, del lunes. Él mismo telefoneó al servicio de emergencias y los primeros en intervenir fueron medios portugueses. Los grupos de emergencias de Lobios y Muiños no tuvieron conocimiento hasta horas más tarde, cuando se pudo localizar la llamada en territorio ourensano. El hombre dijo haberse despistado en un primer momento y creía que ya había traspasado la frontera -aunque todavía estaba a 3 kilómetros- desde que salió de Vilameá por la OU-312 que lleva de Lobios a Portugal. Decía ver muchos árboles y haber dejado atrás un puente de madera y lo que, según su descripción, eran los miliarios de la Vía Nova en la zona del Xurés.
Tras su localización, fue movilizado el helicóptero del 112 para acelerar el traslado. Las fuentes que intervinieron en el rescate temían ayer que el hombre pudiera padecer una lesión medular. El aparato no pudo tomar tierra en el lugar del siniestro por culpa de las turbulencias. El portugués fue excarcelado del coche y trasladado por ocho personas de los GES de Muiños y Lobios en un todoterreno hasta una ambulancia. Los profesionales sanitarios lo evacuaron, en estado muy grave, al Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO).