En la sucesión de especiales que se nos ocurren para esta «nueva normalidad» no cesan de inspirarnos ciertas acciones, aunque estoy convencido que la de hoy es la única imprescindible para seguir en esto.
Mi compañera bien sabe que se puede vivir (limitadamente) en el recuerdo, incluso en realidades más o menos virtuales y siembre paralelas a nuestra propia línea de vida.
¿Por qué preocuparnos por pervivir? si lo que hacemos día a día es no vivir la única vida demostrada que tenemos (al menos así de antropomórficos). Es lamentable que muchos seres humanos tengan que llegar al extremo de sobrevivir cuando a otros pocos les sobran recursos suficientes como para vivir la suya y otras mil vidas.
Pienso que hemos de aprender a vivir el presente con menos, con intensidad, con lo suficiente. Es justo y necesario, pero de decrecer prometo hablar en otro momento, al menos ahora estaremos de acuerdo en que a todos nos gusta la buena vida. Vivamos por nosotros y para nuestros seres queridos, con quien queramos o, preferiblemente, con quien nos ame sinceramente.
Suceda lo deseado, o aquello inesperado, encontremos los verdaderos motivos para continuar viviendo y aferrarnos a la vida el máximo tiempo, convencidos de nuestra inmortalidad espiritual. Pase lo que pase vivámoslo a tope y por ahora disfrutemos de este especial tan vitalista.
¡Viva la Vida!
Texto: Miguel Tébar, periodista musical