Unidas por Mérida denuncia la precariedad del servicio de limpieza y plantea la necesidad de un cambio en el modelo de gestión
Mérida está sucia. La recogida de basura, la limpieza de las calles y el mantenimiento de las zonas verdes suponen un coste para vecinos y vecinas de Mérida de más de 6 millones de euros al año. A pesar del coste actual del servicio, los resultados están muy lejos de ser los esperados por la ciudadanía
Mérida está sucia. La recogida de basura, la limpieza de las calles y el mantenimiento de las zonas verdes suponen un coste para vecinos y vecinas de Mérida de más de 6 millones de euros al año. A pesar del coste actual del servicio, los resultados están muy lejos de ser los esperados por la ciudadanía.
Desde Unidas por Mérida (Izquierda Unida - Podemos) consideramos que los problemas del servicio se deben a la privatización del mismo que, en los últimos años se ha mantenido en manos de una empresa sin evaluar su actividad ni sus resultados. Los sucesivos gobiernos de PP y PSOE han mantenido la concesión sin cuestionar las carencias del servicio mientras Mérida está cada vez más sucia.
Al agravio comparativo que se observa en determinados barrios, se suman problemas como la precariedad de la plantilla, cuyo número de empleados ha estado por debajo del mínimo exigido por contrato, y más aún el de empleadas; no se han cubierto bajas y vacaciones mientras se pagaba por la plantilla completa y la media de sueldos, que no alcanzaba los 900€, solo se ha modificado por la subida del sueldo mínimo interprofesional decretada por el gobierno estatal. Todo lo cual ha redundado en una merma en la prestación del servicio cuya repercusión positiva tan solo beneficia a la empresa y sus accionistas.
Además, es notoria la desorganización que impera en la gestión de los residuos donde, el gobierno municipal que presume de accesibilidad y exhibe su interés por la inclusión, mantiene con pasividad baterías de contenedores que invaden las aceras, dificultando su uso por los peatones, especialmente por parte de quienes tienen movilidad reducida; los contenedores están sucios, frecuentemente apestan y, en general, su número y volumen es insuficiente; siguen faltando en muchos puntos estratégicos contenedores de residuos reciclables como papel y cartón, plásticos o vidrio y la recogida de ripios y escombros que no está contemplada en el contrato, no cuenta con servicio municipal y se encuentra absolutamente fuera de control.
El responsable de hacer cumplir las obligaciones a la empresa y vigilar por la suficiencia y efectividad del servicio es el Ayuntamiento, cuyo modelo de gestión no está cubriendo las necesidades de la ciudad.
Es más, abundando en el descontrol que opera en el servicio, se han producido importantes incrementos del gasto con la compra contenedores por 1 millón de euros más, cuando la reposición de materiales por contrato le corresponde a la empresa, o la reposición de papeleras por valor de 54.000 euros para instalar 10 papeleras denominadas inteligentes, a razón de 5400€ por papelera, cuando existen kilómetros de acerado en la ciudad sin una simple y llana papelera. Menudos regalos para la empresa, ¿no os parece?.
Por todo lo cual, pensamos que ya es hora de plantear un cambio en el modelo de gestión de este servicio básico para buscar las mejoras que demanda la ciudad y garantizar el servicio digno, completo, equitativo y de calidad que Mérida necesita.