En un mundo donde la gestión del agua es cada vez más crucial, el cultivo del aguacate emerge como un ejemplo destacado de la dependencia de este recurso vital.
Un reciente estudio revela que un solo aguacate requiere aproximadamente 70 litros de agua para alcanzar su madurez.
Este dato pone de manifiesto el desafío hídrico que enfrenta la industria, ya que la demanda global de aguacates continúa en aumento.
La conciencia sobre el impacto ambiental del aguacate ha llevado a un llamado a la acción tanto a nivel gubernamental como empresarial. Se espera que estas iniciativas no solo aborden el consumo de agua en el cultivo del aguacate, sino que también fomenten prácticas agrícolas más sostenibles.
En un momento en que la escasez de agua es una preocupación global, el cultivo del aguacate destaca como un recordatorio de la necesidad de gestionar de manera responsable nuestros recursos naturales.