Lorenzo Ramírez

Con apenas 7 años ya vivía apasionado del dibujo, a los 10 empezó a pintar con todo aquello que se le ponía por delante, dentifrico, medicamentos caducados, vino o betún de zapatos. Su madre le daba al tío Vicent restos de lino y éste le preparaba los lienzos y tablillas donde pintar. Recibió un premio de acuarela...y en realidad había pintado con sobras de jarabes.

--Recuerda, Lorenzo Ramírez, una dulce infancia en Borriol, donde las relaciones humanas entre vecinos eran cálidas “llegabas a casa y si no estaba tu madre, el vecino, a quien llamabas tio, te daba la merienda y se ocupaba de tí, eran unas relaciones humanas muy afectuosas”.

Sus cuadros han llegado a colecciones y rincones de toda España. Generoso, sencillo y libre, muy libre...así es Lorenzo Ramírez, como su pintura, con la síntesis de un trazo puedes adivinar, en un golpe de vista, que allí estuvo su mano.

Lorenzo Ramírez lo ha experimentado casi todo en arte plástico, pero éste ha sido especialmente su año, ha arrasado con todos los premios esta edición de Magdalena. Como un niño curioso, este año acaba de abrir nuevos campos de investigación: la cerámica y el esmalte.

Artísta de los pies a la cabeza, nunca vivió de la pintura, él fue empleado de banca, pero ni un solo día de su vida lo pasó sin el papel, el lápiz y la voluntad de dibujar, eso le hizo más libre. Admirado y querido en su tierra, Lorenzo Ramírez recibirá el próximo 2 de junio el Premio Onda Cero Castellón de las Artes Plásticas 2016. Frescura, tradición, personalidad y humanidad lo atesoran.