El escorbuto, la peste del mar
La falta de alimentos frescos en los viajes transoceánicos llegó a generar la muerte de más de un tercio de los navegantes. Solo a principio del siglo XX se descubrieron las cusas: la falta de vitamina 'C'
Como el agua, la comida llegó a ser un gran problema para los navegantes cuando comenzaron a cruzar los océanos. En apariencia, era menos problemática que el agua, porque había técnicas para salar la carne, o secarla, o conservar cierto tipo de alimentos tipo galletas o bizcochos…
Pero a medida que pasaban los días la peste del mar se cebaba con las tripulaciones. De cada 1.000 muertes que se producían en el mar, solo una pequeña parte, era a consecuencia de las batallas, o los hundimientos… más de una tercera parte de la tripulación fallecía a consecuencia del escorbuto. Y lo más curioso, es que la solución a este problema no se descubrió sino hasta principio del siglo XX.
Según una descripción del navegante Vasco de Gama en 1497:
“Sus encías se quedaron amoratadas, hinchadas y podridas, rezumaba sangre y terminaron por cubrir sus dientes. Las piernas se les debilitaron y gangrenaron. Los que estaban en peor estado, ni siquiera tenían fuerzas para espantar a las ratas que roían sus pies”.
Impresionante ¿verdad?
La culpa de todo eso la tenía la alimentación pero ellos no llegaron a saberlo a ciencia cierta hasta hace poco menos de 100 años.
Una vez que perdían de vista la costa y pasaban varios días en el mar, lo primero que escaseaban eran los alimentos frescos, las frutas y las verduras.
Tan sencillo como eso.
Se realizaron muchos experimentos. Se atribuyó esta enfermedad al estrés, a la falta de agua, incluso a las condiciones en las que viajaban los marineros, cuyos barcos no siempre se limpiaban bien, rezumaban humedad y eran completamente insalubres.
Se comprobó, que cuando desembarcaban y comían algún tipo de hierba, o verdura, mejoraban. Los hubo que buscaban plantas milagrosas e intentaron llevar a bordo todo tipo de vegetales cuando podían abastecerse de ellos o cuando pisaban tierra. Pero la relación entre la enfermedad y la falta de alimentos frescos no se determinó con veracidad hasta 1928, cuando se demostró que todo era culpa de la falta de vitamina C.
En resumen, que si vas a pasar muchos días en al mar, no te olvides de nuestros maravillosos cítricos de Castellón, sobre todo los limones, las naranjas y la fruta fresca con mucha vitamina C.