Condenado a 686 años de cárcel por abusar de menores a través de las redes sociales
Se le imutan 98 delitos de captación y utilización de menores de edad con fines pornográficos y siete delitos continuados de abusos sexuales a menores de 16 años.
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha ratificado la sentencia que condena a 686 años de prisión a un pederasta por embaucar a 98 menores de edad a través de las redes sociales o de la aplicación de WhatsApp para mantener relaciones sexuales de distinta naturaleza a cambio de dinero y regalos.
Así consta en una resolución, a la que tuvo acceso Europa Press, en la que los magistrados desestiman el recurso interpuesto por el condenado y confirman íntegramente la sentencia impugnada de la Audiencia Provincial de Madrid.
La Audiencia condenó a José Ángel S. R. como autor responsable de siete delitos continuados de abusos sexuales a menores de 16 años con penetración anal o bucal; cinco delitos de abusos sexuales a menores de 16 años con penetración por vía anal o bucal, y dos delitos continuados de abuso sexual a menores de 16 años.
También se le penó por un delito de abuso sexual a menor de 16 años, 98 delitos de captación y utilización de menor de edad con fines pornográficos, 74 delitos de difusión de material pornográfico a menores de edad, 25 delitos de exhibicionismo, 13 de delitos de corrupción de menores de 16 años y un delito de tenencia de pornografía infantil.
La resolución consideraba probado que el condenado, nacido el día 5 de junio de 1991, sin antecedentes penales, cometió los hechos durante el periodo comprendido entre el 9 de noviembre de 2015 y el 3 de septiembre de 2018.
A través de redes sociales tales como grupos de WhatsApp, Instagram u otros, el acusado contactaba con menores de 16 años con la intención de mantener comunicaciones e intercambios de naturaleza pornográfica con los mismos.
En algunas ocasiones el acusado se hacía pasar por una chica menor de edad llamada L., con la que los menores, en la creencia de que se estaban comunicando con una chica de su edad, acababan manteniendo conversaciones crudamente libidinosas que el acusado impulsaba para producir excitación sexual.
En tal contexto, enviaba al correspondiente menor fotos y vídeos de una chica menor de edad desnuda, y a su vez solicitaba y obtenía de los menores la remisión de fotos y de vídeos desnudos, centradas en sus genitales.