Hace un par de meses se renovó el Mercado de San Antón, que está en Augusto Figueroa, Chueca. Las novedades traen una unión de lo tradicional con lo contemporáneo. Un espacio bonito y que además apetece visitar. En la planta baja y primera, la zona para comprar. En la primera, segunda y tercera, los puestos para comer. En total, 26 espacios. De comprar el pan en Madreamiga; embutidos, quesos o incluso caviar, en La Charcutería de Octavio, a tomarnos la hamburguesa de Juancho´s BBQ o pedir las cositas ricas de Nino Redruello en La Taberna de la Ancha, o los tan de moda sándwiches japoneses de Chuka Sando. Y en la tercera planta, 11 Nudos, con tres ambientes donde lo mejor es su terraza exterior climatizada. Una experiencia de abajo a arriba.
Muy cerca, en el Mercado de Barceló, que abrió en 1956 y tuvo una increíble transformación hace unos años convirtiéndose en un edificio moderno, convive la asociación de comerciantes que apuesta por la accesibilidad, la sostenibilidad y la solidaridad gracias a distintas acciones que se realizan desde el mercado. Actividades culturales, comprar y comer, todo en uno… Desde comprar una carne magnífica por ejemplo en la Carnicería José Antonio Fernández, que llevan sirviendo cortes muy selectos con tradición familiar desde 1925, o la Huerta de Barceló, una frutería donde da gusto ver sus productos porque parece una joyería; o comprar comida para llevar como la de Tu Sushi Burrito, una nueva forma de comer sushi en un rollo diferente. Aquí además te pueden llevar la compra a casa o comprar todo online a través de www.Mercado47.com.
Y nos vamos al Mercado de Vallehermoso, en la calle del mismo nombre, que es mucho más que un mercado, es un ‘ecosistema’ donde más de 60 puestos -entre abastos, restaurantes y comercios con degustación con propuestas para todos los gustos: de cocina tradicional, fusión, nacional, internacional, bocatas, platos, tapas… Dos puestos que me encantan, Kitchen 154, que es como un Street Food, cocina callejera dentro de un mercado. Y así es la comida, como una aventura. Por ello reinterpretan platos tradicionales y exóticos a su estilo y sus técnicas de cocción al vacío. Otro imprescindible es Tripea, que nace de la mano del chef Roberto Martínez y al que le dieron un Sol Repsol el pasado lunes.
Y el Mercado de Antón Martín, que lleva más de 80 años en la calle Santa Isabel, es otro mercado que merece la pena pasearse y conocer toda su oferta. En las dos primeras plantas, abastos y restauración, y en la tercera, una escuela de danza de flamenco. Opciones muy ricas, como Doppelgänger (que significa ‘El doble caminante’), donde el transgresor Samy Alí, que tuvo La Candela Restò durante casi 5 años, en el que obtuvo una estrella Michelin y ahora tiene este concepto ‘casual’ en el puesto número 44 del mercado. Unos platos con técnicas y producto de restaurante con estrella, pero que no pasa de 30 €. O Cafés Tornasol, con sus maravillosos cafés de especialidad. Puestos de abastos como La Pistachería, donde los dueños traen los pistachos de sus propias fincas para venderlos en diferentes preparaciones… ¡Muy polifacético como veis!
Y nos vamos al Mercado de Chamartín en la Calle Potosí. Calidad, materia prima excepcional y grandes firmas que no podemos dejar pasar. Como Raza Nostra, que comenzó en 1973 en este mercado vendiendo carne y fíjate lo que ha crecido. En pescados y mariscos con grandes nombres, y con el recién inaugurado puesto de O’ Percebeiro, que nos traen directos desde Galicia sus productos; frutas y verduras de joyería, como nos las sirven en Frutas Charito; o comida para llevar como la de Alejandro Peñas Capel en Cocinería 44.
Y aunque no nos da tiempo a hablar de todos, por supuesto merece un paseo el Mercado de San Miguel, precursor de este concepto de fusionar la restauración con abastos. O el Mercado de los Mostenses, donde además de muchos puestos donde comprar productos exóticos y latinos, está para mi uno de los mejores ceviches de Madrid, en Bar Lily. Mercados como el de San Ildefonso en Fuencarral, La Paz en Ayala, San Fernando en Lavapiés, el Mercado de Chamberí en Alonso Cano, el de Tirso de Molina en Puerta del Ángel, el de la Cebada en La Latina, el de Torrijos en General Díaz Porlier…
¿Mercadeamos?