El consejero de Acción Climática, David Mascort, ha remarcado que las medidas adoptadas y la reducción de los consumos “han permitido aplazar la declaración de emergencia unas semanas”.
El Ejecutivo catalán, sin embargo, da por hecho que la fase más grave por sequía deberá decretarse en el sistema Ter-Llobregat en enero. Afectará a más de 200 municipios de 14 comarcas donde viven casi 6 millones de persones.
La Generalitat admite la gravedad del momento y, en este sentido, ya trabaja en restricciones adicionales que se aprobarán y entrarán en vigor con la emergencia.
El nuevo escenario comportará nuevas restricciones, además de las ya contempladas como limitar el consumo de agua a 200 litros por persona y día o a 160 si la sequía se agrava aún más.
El gobierno endurecerá las medidas para los sectores de la industria, el turismo y la ganadería. Se aplazará la puesta en marcha de nuevas granjas intensivas, nuevos hoteles, así como de cualquier actividad que suponga un elevado consumo de agua.
También se prohibirá ducharse en las instalaciones deportivas y se reducirá el caudal de los ríos Ter, Llobregat Muga.
El plan de sequía por emergencia contempla tres fases, pero en todas ellas, se permitirá regar el arbolado público y llenar las piscinas para realizar deporte.