El principal responsable ya había sido detenido anteriormente por hechos similares en un establecimiento cercano, a unos diez metros de distancia, que fue clausurado judicialmente semanas antes tras varias operaciones policiales.
Tras el desmantelamiento del primer local, se descubrió que los sospechosos se habían trasladado a un nuevo establecimiento sin carteles identificativos, pero abierto al público. En la pared del primer comercio, colocaron un cartel manuscrito que indicaba “estamos en el local de la esquina”, evidenciando la continuidad de su actividad ilícita.
El segundo establecimiento, aunque abierto al público, solo pretendía dar una apariencia de legalidad para evadir el precinto judicial del anterior negocio. Durante el registro, los agentes encontraron una barra de bar sin productos a la venta. Sin embargo, se incautaron 28 dosis de cocaína, 175 gramos de marihuana, 3,5 gramos de hachís, una balanza, 60 euros en efectivo, recortes plásticos para envolver las dosis, una navaja de grandes dimensiones y “walkie talkies”.
Los dos hombres fueron detenidos como presuntos responsables de un delito de tráfico de drogas.