Los proabortistas que irrumpieron en una iglesia: "En ningún caso queríamos lesionar la libertad de culto de nadie"
Durante su declaración en el juicio que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares, los encausados, quienes se enfrentan a peticiones de entre un año y medio de cárcel -por parte de la Fiscalía- y cuatro -por parte del Obispado-, han asegurado que desconocían que este tipo de protestas estuvieran prohibidas por el ordenamiento jurídico.
Los proabortistas acusados de interrumpir, el 9 de febrero de 2014, una misa en una iglesia de Palma entre pancartas y gritos de "fuera rosarios de nuestros ovarios, aborto libre y gratuito", han asegurado ante el tribunal que les juzga desde este jueves que no sabían que se estaba celebrando ningún acto religioso en el edificio y que "en ningún caso" querían lesionar el derecho a la libertad de culto de ninguno de los allí presentes.
Durante su declaración en el juicio que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares, los encausados, quienes se enfrentan a peticiones de entre un año y medio de cárcel -por parte de la Fiscalía- y cuatro -por parte del Obispado-, han asegurado que desconocían que este tipo de protestas estuvieran prohibidas por el ordenamiento jurídico.
"No lo supe hasta que me detuvieron", ha aseverado uno de los acusados, Joan F., en línea de lo manifestado por sus compañeros.
En cuanto al hecho de que se estuviera celebrando una misa en el lugar -la iglesia de Sant Miquel-, el inculpado ha apuntado que "sabía que era un local de la iglesia pero no estoy al corriente de lo que se suele hacer allí". "No sabía qué hacía la gente en la iglesia", ha remarcado por su parte otra de las acusadas, Laura D.
Los encausados, quienes se han negado a responder a las preguntas de las acusaciones y únicamente han contestado a las de su abogado, Josep de Luis, han hecho hincapié en que la protesta se produjo en un momento determinado, cuando estaba a punto de ser aprobada la reforma de la Ley del Aborto, y "en todo el país se estaban haciendo reivindicaciones".
Según han abundado, la Iglesia estaba teniendo "un papel de injerencia bastante fuerte en la aprobación de la Ley", por lo que la protesta "era una forma de visibilizar" este hecho.
Tal y como ha señalado Laura D., una vez dentro de la iglesia "nos dimos cuenta del malestar de la gente" y "nos retiramos lo más pronto posible". La acusada ha subrayado que en todo momento la protesta fue "pacífica". También en este sentido, Álvaro H. ha asegurado que "en ningún momento respondimos de forma agresiva, violenta ni con insultos".
Únicamente una de los seis inculpados que se sientan en el banquillo ha negado su participación en los hechos. Lluc F. ha explicado que, cuando fue convocada la protesta, "me encontraba en época de exámenes y no me la podía jugar". El resto de acusados han reafirmado que no les acompañaba.
CONCENTRACIÓN DE APOYO A LAS AFUERAS DE LA AUDIENCIA
A la llegada de los acusados a la Audiencia, una treintena de personas se encontraban concentradas a las afueras del órgano judicial para expresar su apoyo a los proabortistas. Durante el acto han desplegado una pancarta que rezaba 'Defender el derecho al aborto no es ningún delito, absolución feministas encausadas'.
Entre quienes han asistido a mostrar su respaldo se hallaban el regidor de Igualdad, Juventud y Derechos Cívicos, Aligi Molina, la de Función Pública y Gobierno Interior, Aurora Jhardi, la directora insular de Igualdad del Consell, Nina Parrón, y el conseller de Participación Ciudadana, Jesús Jurado.
ALBOROTO Y CONFUSIÓN
Según las acusaciones, los activistas irrumpieron junto al menos otras veinte personas en la iglesia de la calle Sant Miquel, donde se estaba celebrando una eucaristía, causando con ello "gran alboroto y confusión" entre los asistentes a la misa.
Los manifestantes avanzaron de forma tumultuosa por el centro de la iglesia y provocaron con ello la interrupción de la misa durante aproximadamente diez minutos. En un momento dado, el sacerdote, junto a varios feligreses que se encontraban escuchando la eucaristía, impidieron el paso de los activistas hasta el altar y lograron desalojarlos.
La Fiscalía señala que, tras los hechos, todos en la iglesia "quedaron en un estado de gran desasosiego, indignación e intranquilidad".