El Unicaja Banco acaricia el playoff
La victoria frente a Lleida da la clasificación virtual a la espera de que no se dé una carambola que les deje fuera en un complejo triple empate
Puede ser la séptima ocasión en la que los ¡ovetenses jueguen por el ascenso a la ACB, en sus nueve años en la LEB Oro. El reto es mayúsculo, pero Natxo Lezkano y los suyos lo tienen en la mano. A falta de dos jornadas para el final de la Liga regular, sólo una rocambolesca combinación de resultados les dejaría fuera y pueden evitarle el próximo viernes si consiguen la victoria en Pumarín frente a Melilla.
El mérito de la presente temporada es incluso mayor que en anteriores ocasiones. La marcha de Harald Frey y las lesiones obligaron al equipo a cambiar de planes con el campeonato en marcha. El shock de perder a su jugadores franquicia y la mala suerte de afrontar varios partidos con limitación de efectivos hizo temer lo peor en la casa de Palmira Villa.
Una vez más, el club supo reinventarse y encontró en el mercado los mimbres necesarios para dar la vuelta a la situación. Las llegadas de Lunqvist o Atencia fueron un soplo de aire fresco que dieron el empujón definitivo para estar en la pelea.
Al buen trabajo de Héctor Galán en los despachos se une la experiencia y calidad de Natxo Lezkano. Considerado por muchos como el mejor entrenador de la categoría, el técnico vasco ha encajado a la perfección en Pumarín y es la piedra angular sobre la que se construyen los sueños ovetenses.