Marcos llegó a Asturias en agosto para trabajar en la Feria de Muestras. Y eso que cuando aceptó una oferta laboral estando aún en Argentina pensaba que iba a vivir en Valladolid. Pero el malentendido no ha sido un problema sino una oportunidad de vivir en una tierra que, dice, le encandiló desde el primer minuto. En diciembre vendrá su mujer y sus dos hijos para empezar una nueva vida. Cree que por muchos años.
La gente, el paisaje, la tranquilidad, son cosas que Marcos cree que nos hace una tierra especial para vivir. Algo que se ve en la vida que llevan las personas mayores, muy diferentes a las que tienen en Buenos Aires. Afirma que solo echa de menos el helado.
La historia de Marcos, nuestro recién llegado de noviembre, nos demuestra que tenemos una gran suerte de vivir en Gijón, en Asturias. Cuando alguien como él, que nunca había estado en España, nos conoció, supo que había encontrado un sitio especial.