La abogada del Sindicato Unificado de Policía, Pilar Sangorrín, representa a los dos miembros del Cuerpo agredidos la pasada semana en Zaragoza. Uno de ellos fue agredido en un autobús urbano al pedir a un joven de origen magrebí que se pusiera la mascarilla. La otra víctima, recibió una brutal paliza tras pedir a un individuo que se levantara del bordillo para poder estacionar.
Afortunadamente, la letrada confirma que ambos se recuperan satisfactoriamente de sus lesiones. Sin embargo, recuerda que las denuncias por estos ataques se están desbordando. A nivel nacional, entre enero y agosto, se han producido más de 6.000 agresiones a policías, algo que Sangorrín atribuye a la sensación de impunidad de los agresores.
Sangorrín explica que agredir a un policía siempre sale barato, ya que el Código Penal reconoce distintos tipos de autoridad, de forma que establece penas más duras cuando se agrede a un concejal o a un diputado que a un policía, cuya figura de autoridad se encuentra en un escalón inferior; por eso, el sindicato al que representa pide que se refuercen, tanto el principio de autoridad de los policías como las penas para los agresores.