Quique invita a todo el mundo a creer en el Sevilla. "Hay que creer en los momentos difíciles. Dedicamos el triunfo a los aficionados, que han tenido dos semanas muy malas. Hemos sabido vivir los últimos minutos del partido, que otras veces nos han hecho daño. En bastantes partidos hemos tenido situaciones de no saber defender un resultado. Nos hemos juntado bien, no hemos pasado apuros y los que han entrado, han sumado. Lo hemos llevado bien porque hemos marcado primero y hemos llevado un tono poco dinámico, que es lo que requería el partido. Quitando las tres o cuatro que les hemos entregado con errores en defensa, por lo demás estamos contentos", declaró el técnico madrileño.
Ahora, a preparar la visita a Las Palmas con otro parón de por medio: "Esto nos anima a seguir trabajando, pero con ilusión, con la gente contenta y juntando el hombro. Podemos hacer una comparación con lo que son los costaleros, con la devoción y el sufrimiento. Nosotros tenemos que ser costaleros en lo que nos queda, juntarnos, tirar para arriba y darle alegrías a la afición". Lo más negativo del Coliseum llegaría desde la grada, donde algunos indeseables profirieron cánticos racistas hacia Acuña y el propio Quique Sánchez Flores, al que insultaron y llamaron gitano. El míster del Sevilla subrayaba que "estoy orgulloso de cada poro de mis venas que respire gitano. Pero es aberrante que utilicen gitano como insulto racista. Parte del público se cree que puede venir y decir lo que quiera. Y nosotros somos trabajadores a los que hay que respetar. Se avanza en muchas cosas pero se retrocede en otras muchas diciéndonos cosas que se salen de un espacio de paz y convivencia. Hay que tener memoria en el fútbol".