Las 30 horas en las que Lobato tomó la decisión de dimitir: "Ha habido una presión sobre los cargos medios del PSOE"
Poco más de un día después de denunciar un "linchamiento" y asegurar que no dimitiría, el secretario general del PSOE-M presentó su renuncia en un duro comunicado en el que cargó contra "la destrucción del adversario" y la "aniquilación del que discrepa".
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El secretario general del PSOE-M, Juan Lobato, anunció este miércoles que dimitía de su cargo tras el huracán desatado por su registro en notaría de una conversación con un cargo de Moncloa que le reenviaba el email en el que presuntamente confesaba delitos fiscales la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
El socialista comunicó esta decisión después de que este martes echara un pulso a Ferraz, se aferrara a la Secretaría General y criticara el "linchamiento" por parte de los dirigentes de su partido. De esta manera, puso fin a las voces prácticamente unánimes dentro del PSOE-m que reclamaban su cabeza tras haber "traicionado" al partido. Según publicó Europa Press, el pasado lunes se le empezó a cuestionar en público y el martes ya directamente se le condenaba.
Un cambio de opinión radical en poco más de un día
Tal y como publica El País -citando a fuentes cercanas a Lobato-, al secretario general del PSOE-M "ya no le quedaba prácticamente ningún apoyo en el partido". El martes daba la sorpresa colocándose en posición de ataque durante una rueda de prensa en la que aseguró que no dimitiría al tiempo que denunciaba un "linchamiento" por parte de algunos dirigentes de su partido hacia su persona.
"Si lo que se me dijo era verdad, no veo problema por documentar el origen lícito de esa comunicación", comenzó Lobato su comparecencia en la que criticó la reacción de algunos dirigentes del PSOE: "Vista la reacción de algunos dirigentes del partido, parece como si se dudara de la veracidad de lo que se me dijo".
Sin embargo, el miércoles a primera hora de la tarde, publicaba un comunicado en el que presentaba su renuncia como secretario general del PSOE-M, aunque no aclaraba si seguiría siendo diputado en la Asamblea de Madrid.
Las razones que Lobato esgrimió fueron para "poner freno a una situación de enfrentamiento y división grave que se estaba generando en el partido, que sólo iba a dañar al PSOE en Madrid y a los avances en la unidad" que se había conseguido en los últimos tres años.
¿Qué pasó en esas 30 horas?
Uno de los puntos más sorprendentes de su comunicado fue el referido al "bien común", que tenía que estar por encima de cualquier posición política. Lobato afirmó que él no creía en la "destrucción del adversario, en la aniquilación del que discrepa y del que piensa diferente": "Insisto: para mí la política es otra cosa. Y la lealtad a mi partido es trabajar para poner en marcha sus principios, aquello que lleva más de 145 años representando: la igualdad, la libertad, la democracia, la educación y la sanidad pública, la defensa de los más vulnerables, el no dejar a nadie atrás".
Pero, ¿qué pasó en esas 30 horas de diferencia para que Lobato pasase de una decisión a otra completamente opuesta?
Según publica El Debate, las horas que siguieron a su primera comparecencia fueron más o menos tranquilas, ya que el líder del PSOE regional no tenía intención de tirar la toalla y pretendía incluso acudir al Congreso Federal que daría comienzo este viernes 29 de noviembre.
Sin embargo, el paso de las horas trajo consigo las primeras voces críticas contra él, comenzando con el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, que le pidió "explicaciones más sólidas" a las "graves decisiones" que había tomado. Después, fue el turno de Reyes Maroto, que acusó a Lobato de "falta de lealtad" y le exigió someterse a una "moción de confianza" por parte de la militancia.
¿Amenazas y presiones de Moncloa?
Mientras las horas pasaban, la presión fue aumentando y se fue incrementando la pérdida de apoyos. Según informó Telemadrid, incluso la Agrupación del PSOE de Tetuán pidió que Lobato cancelara una visita que tenía prevista, prueba de que no sólo eran voces de las altas esferas la que le pedían dar un paso a un lado, sino también los militantes de la calle.
No obstante, según se puede leer en la portada de ABC de este jueves, también habría habido amenazas y presiones por parte de Moncloa a cargos medios del PSOE en Madrid para forzar la dimisión de Lobato.
La información cuenta que algunos de estos altos cargos han hablado con el medio para decir que "han sacado los tanques" y que "obedeces a quien te paga". Según ABC, el Gobierno controla a la dirigencia del PSM porque muchos "están colocados en ministerios o empresas públicas" y que el exlíder madrileño "veía imposible" acudir al Congreso Federal porque "se entendería como una provocación".
Carlos Alsina se ha hecho eco de esta información en la tertulia de 'Más de uno' al preguntarse qué ha pasado en estas 30 horas entre una decisión y otra. El presentador ha explicado que fuentes próximas a Juan Lobato aseguran que ha habido una presión sobre los cargos medios o intermedios del PSOE-M.
¿Qué tipo de presiones? Alsina ha dicho que los cargos intermedios de la Federación Socialista del PSM -a diferencia de lo que ocurre con otras federaciones- residen en Madrid y muchos de ellos trabajan para organismos que están en manos de la Dirección Nacional del PSOE, como por ejemplo, ministerios, instituciones, cargos de confianza, asesores, etc. "Son personas más susceptibles de ser presionadas con el argumento de elegir con quién vas y si no vas, ya no eres cargo de confianza", ha explicado.