EL ENCARTE

El rocambolesco conflicto del hotel Guadalpín (I)

El hotel Guadalpín Banús vive una historia ciertamente inverosímil. No es el primer establecimiento turístico -ni será el último- en el que hay un conflicto laboral, con algunos trabajadores inmersos en un Expediente de Regulación Temporal del Empleo, protestas, otros empleados también preocupados por su futuro, etcétera, etcétera; pero sí lo es, al menos en la Costa del Sol, en el que esa situación es consecuencia de una concatenada relación de hechos que también son, vamos a dejarlo en, “raros”. La dirección, la empresa y el comité están en el mismo bando. Y esto ya dice mucho.

El hotel tiene cerradas varias de sus dependencias; algunas habitaciones, cocinas, restaurantes, terrazas y zonas comunes, porque sus propietarios parecen no estar de acuerdo con el dinero que la explotadora les paga en concepto de alquiler. Lo han denunciado y un juzgado les ha dado la razón, a pesar, conforme a lo señalado por las partes afectadas, todas las partes afectadas, han explicado que la resolución es contraria a la Ley de Turismo de Andalucía. Esto, así, grosso modo. Y ha ocurrido por segundo verano consecutivo. Porque en ambos casos, las resoluciones se han dictado con fecha efecto de julio.

Alfonso Olaso

Marbella | 29.08.2024 12:58

El hotel Guadalpín Banús se construyó a comienzos de los 2000 con división horizontal. Se fueron vendiendo parcelas -la mayoría correspondientes a apartamentos que se contemplaban en el proyecto- para que así Aifos, la promotora, pudiera ir financiándose sobre la marcha para seguir levantando el recinto. Los propietarios las cedían a la explotadora de entonces a cambio de un alquiler.

Todo fue bien hasta que Aifos empezó a necesitar más dinero y amplió su plan hipotecando los restaurantes y otros locales, sacándolos de la finca de servicios hoteleros, porque ésta no puede tener, por ley, una carga así. Pero todas se inscribieron en el registro de la propiedad con la anotación de que estaban y están sujetas a explotación hotelera y no son propiedades residenciales.

La situación empezó a complicarse de verdad cuando en 2008, con la crisis económica, Aifos entra en concurso de acreedores, explotadora de aquel entonces, PSH, también y el hotel entra en una dinámica negativa, hasta el punto de que la administración concursal nombrada se planteó incluso cerrar el hotel. En esos años, muchos de los apartamentos comprados pasaron a ser propiedad de Caja Rural de Granada, como ha explicado la responsable de Turismo de Comisiones Obreras en Málaga, Lola Villalba.

La crisis pasó, más o menos, y en 2016 el hotel empezó a funcionar con una deuda que asumió la nueva y actual explotadora, Grisoma. Algo después, en 2019, unos nuevos inversores, el grupo SPV, se hizo con algunas propiedades. Y tanto éste como la entidad financiera, empezaron a exigir más dinero por la renta del alquiler. El verano pasado, también en julio como este año, los juzgados resolvieron darle la posesión de sus unidades a ambos y éstos las cerraron.

Grisoma reclamó entonces a la jueza encargada del caso en virtud de lo que dice la Ley de Turismo de Andalucía. La magistrada dio la razón entonces a la explotadora. Fue el pasado octubre. Pero este junio pasado, la situación se repitió, al parecer, por un defecto de forma en la resolución anterior, según ha explicado el director de Guadalpín Banús, Ramón Pons.

Continuaremos contando la historia del conflicto del Guadalpín Banús en el próximo El encarte