La Fiscalía ha solicitado para el acusado la pena de 13 años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de género y de parentesco. También pide que se le prohibía acercarse a ella a menos de 500 metros o comunicarse por cualquier vía durante 15 años, según consta en el escrito de acusación provisional, al que ha tenido acceso Europa Press.
Los hechos se remontan a la tarde del 16 de mayo de 2019. Hacía aproximadamente un mes que la víctima, de 33 años, había roto con el acusado después de tres meses de relación y en varias ocasiones le había reiterado que no quería volver, una circunstancia que "no era aceptada" por el presunto agresor, de 38 años, que "había insistido días anteriores en volver con ella".
Ante la "negativa que definitivamente le había transmitido" de retomar la relación, aquel día, sobre las 20,45 horas, el acusado se dirigió con una navaja de grandes dimensiones a la zona de los Jardines del Triunfo, sabiendo que habitualmente ella solía estar por allí a esa hora, y la encontró con dos amigos y sus tres hijas mejores.
Se dirigió a ella por detrás e insistió en que tenían que hablar, por lo que sus acompañantes se alejaron con las niñas para que lo hicieran. En ese momento se quedaron solos y la mujer le manifestó que no tenía "nada que hablar con él" e intentó marcharse. El acusado se interpuso en su camino y le lanzó un puñetazo del que ella cayó al suelo.
Logró levantarse "casi inmediatamente", pero el acusado cogió en ese momento el cuchillo que llevaba guardado y se lo clavó profundamente en el abdomen, donde se le quedó enganchado y tuvo que realizar varias maniobras para poder sacarlo.
A partir de ahí comenzó a asestarle numerosas puñaladas en diversas partes del rostro y el cuerpo. Varias personas intentaron sin éxito ayudarla, pero el hombre mantuvo una actitud amenazante "haciendo ademán de agredirles" a ellos con el cuchillo. Algunos incluso le tiraron piedras para intentar disuadirle, pero ocurrió "todo lo contrario, el acusado seguía lanzando golpes con el cuchillo por todo el cuerpo de la víctima", según relata el fiscal del caso.
"Cuando consideró cumplido su objetivo de terminar con la vida" de su expareja se lavó "tranquilamente" las manos en una fuente próxima y huyó del lugar hacia la zona del Arco Elvira. Fue perseguido por varios testigos y finalmente interceptado y detenido por agentes de la Policía Nacional en las proximidades de la calle Tinajillas.
La mujer necesitó tratamiento médico y quirúrgico ante las lesiones sufridas, de las que tardó en curar más de un año y pasó más de tres meses hospitalizada. Ha perdido la visión del ojo izquierdo y, además de los trastornos psicológicos que le ha generando esta brutal agresión, le han quedado múltiples cicatrices en la cara, tórax, abdomen, espalda, miembros superiores e inferiores, entre otras secuelas.