MUERTE DE DOS AGENTES EN BARBATE

La hermana de Miguel Ángel, guardia civil muerto en Barbate: "Me quitaron de en medio cuando vino Marlaska"

ondacero.es

Madrid |

Salida de la catedral de Cádiz del féretro con los restos de Miguel Ángel Gómez González, agente fallecido en Barbate. | EFE/ Román Ríos

El programa 'Espejo Público' de Antena 3 ha hablado con Francisca Gómez y Celia, la madre y la hermana de Miguel Ángel, uno de los guardias civiles que perdió la vida arrollado por una narcolancha en Barbate.

Las dos han mostrado su indignación con la gestión del Ministerio de Interior y concretamente con Fernando Grande-Marlaska. "Estuve en todo momento con el féretro de mi hermano en la capilla ardiente. Pedí por favor que cuando llegara Marlaska que me avisasen, que yo iba a estar allí", ha dicho Celia, la hermana de Miguel Ángel.

"Había muchos políticos y gente que no conozco. Hubo un momento que una chica y un chico me cogieron y me dijeron 'estás mal, vamos a tomarnos algo'", ha contado Celia, que ha añadido que después supo que era el exacto momento en el que el ministro del Interior hizo acto de presencia.

Celia cree que las dos personas que la apartaron eran una guardia civil y las otras "políticos": "Cuando escucharon mi rabia se miraron entre ellos como diciendo 'esta la va a liar aquí, a esta hay que llevársela de aquí'".

Francisca, la madre de Miguel Ángel, ha confesado que Marlaska se acercó a ella, lo que la dejó "en fuera de juego". No obstante, el padre del agente asesinado sí intercambió palabras con el ministro, como cuentan las dos en 'Espejo Público': "Mi padre le dijo que su hijo había muerto por falta de medios".

Al ser preguntadas por las palabras de Marlaska, que aseguró que técnicamente había sido una operación impecable, las dos respondieron que el ministro es "un mentiroso, al igual que su jefe", en referencia a Pedro Sánchez.

El informe que alertó hace dos semanas del estado de sus embarcaciones

Onda Cero dispone de un informe elaborado por la Guardia Civil dos semanas antes del trágico suceso en el que justifica la necesidad de comprar al menos tres embarcaciones por el deplorable estado en el que se encontraban las demás.

Una flota muy envejecida, la tercera parte con 20 años de antigüedad (alguna embarcación con más), cuando su vida útil es de 15. Determinadas embarcaciones contaban con bastantes más horas de navegación que las estipuladas, que han obligado a plantear la renovación de motores ya descatalogados y de hidrojets.

El informe de Interior alertaba, además, de que en ocasiones se tienen que enfrentar a embestidas que exigen cascos y estructuras de materiales más resistentes. "No hay medios materiales y no hay medios humanos", mantienen los agentes que se encuentran en el lugar de los hechos.