La Feria de Almería no es para disfrutar. Has venido a sufrir, y el sufrimiento comienza aparcando
La avenida de la Vega de Acá es el campo de batalla y Patatas Salcedo, nuestra cúpula del trueno. La Feria se vive mejor con una buena dosis de humor. Cinco secuencias que hacen de esta semana una auténtica Feria de cine
1. Llegada del tren a la estación
Muchos de los que vienen a disfrutar nuestra Feria lo hacen en tren. La imagen, cuando llegan a la estación, es prácticamente idéntica a la que ofrece una de las grabaciones con las que comenzó la historia del cine. Es más, si te fijas bien, en la actualidad puedes ver a los hermanos Lumière al fondo del andén, entrando en los baños de la Intermodal.
Nuestros visitantes, esos valientes pioneros conquistadores que bajan del ferrocarril, los puedes distinguir porque apenas consiguen andar, y lloran al pensar en todas aquellas vivencias, aquellas amistades que dejan atrás y no volverán a ver. Hay quien manda a sus hijos a Almería en el tren, como si de un campamento de verano se tratase.
Se forjan amistades más duraderas en el Talgo Almería- Madrid que en el Camino de Santiago.
El sufrimiento común, une más que la consanguinidad. El tren de Almería va tan lento que viaja hacia atrás en el tiempo. De hecho, los visitantes que lleguen para esta feria, salieron en 2032. Justo antes de que llegara el AVE.
2. La Feria del Mediodía o el camarote de los Hermanos Marx
La Feria del Mediodía como exaltación de la 'agustez'. Esa sensación de ser uno con la humanidad. Ese 'choripán' del vecino que te acaricia la cara, impregnando tu día de aromas que en muy pocas galaxias se pueden disfrutar. Sentirte un nenúfar que crece en un río, a la altura de la desembocadura de una tubería que desaloja los desechos de una central nuclear: esa es la Feria del Mediodía. Esas experiencias al sol, reservadas tan solo para almerienses y algunas tribus nómadas del desierto del Kalahari. ¿Qué decir? 'Agustez'.
Los que vamos a la Feria del Mediodía, somos unos máquinas; auténticos animales de las fiestas. Concretamente, Ñus.
3. Mad Max o aparcar en Feria
El Cooltural, el primer fin de semana de 'cacharricos' y el partido del Madrid, todo junto y a la vez. Los aparcamientos son los que son. Guerra en las calles. Mad Max. La avenida de la Vega de Acá es el campo de batalla y Patatas Salcedo, nuestra cúpula del trueno. El Recinto Ferial como gran Waterloo sureño para tantas personas atrapadas entre sus sueños y un Ford Sierra rojo de aspecto noventero. No hay clemencia. Aparcar o perecer. La Feria no es para disfrutar. Has venido a sufrir, y el sufrimiento comienza aparcando.
4. La Feria y El sentido de la Vida
Desde un punto de vista metafórico la Feria encierra buena parte de aquellas cosas que nos hacen encontrarle un sentido a la vida. La risa, los amigos, el baile, la música, niños sonriendo. La Feria vuela en pedazos la rutina y nos deja echar un vistazo rápido por el ventanuco de la libertad. Pero como en la escena de la comida de los Monty Python, también tiene mucho de voracidad pantagruélica. Un menú degustación particular que une chorizo 'achicharrao' con gofre en tsunami de chocolate, los pinchos de caseta con la Tere y su tartana, la morcilla con los bollos y las migas con Uranga.
Y el coco. Ese coco, con riego por goteo. Del que siempre nos quedará la duda de si alguna vez conoció un cocotero.
5. 'Trainspotting'
Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de puntos tejidos. Elige bricolaje y preguntarte quién eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver tele-concursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de comida basura. Elige tu futuro. Elige la vida… ¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí algo mejor que la vida: yo elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes Feria en Almería?