La selección española de balonmano cae por la mínima en semifinales y luchará por el bronce
El portero alemán, Andreas Wolff, terminó la final con 22 paradas.
La selección española de balonmano deberá conformarse con volver pelear por la medalla de bronce, como ya le ocurrió en las otras cuatro ocasiones en las que alcanzó las semifinales olímpicas, tras caer este viernes por 25-24 ante Alemania.
Una derrota incompresible sin la sensacional actuación del portero germano Andreas Wolff, que con las veintidós paradas que contabilizó condenó a los 'Hispanos' a quedarse por quinta vez a las puertas de la final olímpica.
Una estadística que pareció pesar, y de qué maneta, sobre los jugadores españoles en un arranque de partido en el que los de Jordi Ribera fueron incapaces de encontrar la manera de superar a la rocosa defensa alemana.
Sin posibilidad de conectar con el pivote y sin la capacidad para dar la velocidad necesaria a su juego ofensivo para hacer llegar el balón en ventaja a los extremos, el equipo español se vio condenado a concluir sus ataques con forzados lanzamientos.
Una circunstancia que no sólo sirvió para agigantar las estadísticas del guardameta germano Andreas Wolff, que a los diez minutos contabilizaba un 67 por ciento de paradas, sino para alimentar el veloz juego de transición en el que tan bien se manejan los de Alfred Gislason.
Problemas que situaron a España apenas superados los primeros diez minutos de juego con una desventaja de tres tantos (6-3) que hacía temer que su sueño de poder pelear por el oro se acabase casi antes de empezar la semifinal.
Pero si algo han demostrado los 'Hispanos' en este torneo olímpico es una fe inquebrantable en sus posibilidades que les ha permitido superar las situaciones más adversas.
Un carácter irreductible que encarnó mejor que nadie el central Agustín Casado, que no sólo resolvió los problemas ofensivos del conjunto español con sus lanzamientos entre líneas, sino que también despertó a la defensa española con su frenética actividad de brazos y piernas.
Justo lo que necesitaba el equipo español para resucitar en un partido y en un marcador que al llegar el ecuador de la primera mitad reflejaba una igualada (6-6) que parecía impensable unos minutos antes.
Sin embargo, bastó una exclusión de Jorge Maqueda para que toda la mejoría del equipo español se derrumbase y los de Jordi Ribera volvieron a incurrir en los mismos errores del inicio del partido, propiciando una nueva y peligrosa escapada de Alemania (10-6) en el tanteador.
Pero España ya sabía la fórmula para hacer daño al equipo germano y a base de piernas en defensa y de la claridad de ideas de Casado en ataque volvió a engancharse al encuentro tras devolver las tablas (12-12) al duelo con un gol de Alex Dujshebaev en el último segundo de la primera mitad.
Una igualada que los 'Hispanos' no pudieron mantener en el arranque de una segunda mitad en la que volvió a surgir imponente la figura de Wolff, que con sus paradas volvió a frustrar (19-16) al equipo español.
Diferencia que los de Jordi Ribera, en otra muestra de carácter competitivo, lograron de nuevo enjugar (20-20) de la mano de Ian Tarrafeta, que tomó el relevo a Casado en la segunda mitad como la referencia del juego ofensivo de los 'Hispanos'.
Sin embargo, a cada gol de Tarrafeta respondió Alemania con otro del lateral Renars Uscins, el héroe de los cuartos de final ante Francia, lo que condenó a ambos conjuntos a llegar igualados (23-23) a los últimos ocho minutos de juego.
Tiempo en el que España, que se adelantó por primera vez en el marcador (23-24) con un gol de Agustín Casado, dispuso de hasta de cuatro lanzamientos de seis metros para ponerse con dos goles de renta en el marcador.
Pero ni Javi Rodríguez, en dos ocasiones, ni Abel Serdio, ni Alez Dujshebaev lograron batir a Wolff, que con sus paradas permitió a Alemania llegar al último minuto y medio con ventaja (25-24) en el marcador.
Una diferencia que España ya no pudo remontar condenándose a tener que volver a pelear por la medalla de bronce, tras quedarse por quinta vez en su historia a las puertas de una final olímpica.