La generación de oro del baloncesto español, la quinta del 80 que personifica Pau Gasol y al que todavía acompañan Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes y José Manuel Calderón, quiere terminar su laureado ciclo de década y media en la elite colgándose el bronce olímpico en Río de Janeiro. Sería su tercera presea olímpica tras las dos platas anteriores en Pekín 2008 y Londres 2012, la cuarta de la selección masculina, que también quedó segundo en Los Ángeles 1984.
Lo hará un tanto contrariada por no haber podido complicar un poco más a Estados Unidos su presencia en la final que el ajustado 76-82 con que terminó la semifinal entre los dos equipos llamados en el arranque del torneo a reeditar las peleas por el oro de Pekín y Londres. Pero España no hizo los deberes en el arranque de la primera fase, con sorprendentes derrotas frente a Croacia y Brasil, y así se vio obligada a adelantar un par de días la gran cita.
No obstante, la mejoría frente a Lituania, Argentina y Francia, a las que atropelló camino a las semifinales con Pau Gasol, Nikola Mirotic y Rudy Fernández a gran nivel, han dejado claro en el Arena Carioca 1 la calidad y la competitividad de una España favorita para la lucha por el bronce contra Australia. Y ahonda en esa percepción el hecho de que los 'boomers' realizaran una penosa semifinal ante Serbia en la que no fueron capaces de pasar de 5 puntos en el primer cuarto ni de 14 en el segundo.
Fue un gran borrón de los 'aussies', que parecían los grandes beneficiados de los tropiezos españoles y llamados a jugar la final frente al Team USA después de una casi inmaculada trayectoria hasta cuartos de final. Incluso llegaron a dominar durante un tiempo a EEUU en la Fase de Grupos. Pero Serbia maniató a los de Andrej Lemanis, minimizó Patty Mills, Matthew Dellavedova, Andrew Bogut y compañía, y la plata soñada por los oceánicos se tornó en tener que pelar un bronce más que complicado ante la mejor selección del torneo por detrás de Estados Unidos: la España de Pau Gasol.