Tras dirigir su primer entrenamiento en la Ciudad Deportiva sevillista, donde apenas pudo conocer a sus jugadores antes el partido de este martes en Granada, Quique aseguró este lunes que es "el de siempre, el que empezó hace mucho tiempo" y sigue "investigando y disfrutando con los retos", si bien, "por encima de todo, es emocionante estar aquí por los vínculos" que tiene con una ciudad y con un club en el que ha "participado como socio en los años 70".
"Cuando llego a un sitio, lo primero que pregunto es cómo es el vestuario y tengo clarísimo que éste es muy bueno. Estar del lado del triunfador es muy fácil. Creo en la redención, a la que tienen derecho unos jugadores que no ganan, pero que lo van a seguir intentando", recalcó Quique.
El nuevo preparador sevillista, que debutará este martes Granada, sabe que "una hora de entrenamiento no es suficiente para cambiar nada", pero espera ver en el Nuevo Los Cármenes "a un equipo que compita, que crea en sus posibilidades y que sus jugadores crean en el fútbol que tienen".
El técnico madrileño afirmó que "en las casas grandes nunca hay problemas pequeños" y que en este momento "es necesario transmitir pasión por lo que se hace y esperanza de éxito", y añadió que "ésa es la misión" que lo ha "traído a Sevilla, que no es poco", pero descartó la palabra "miedo", porque "en el fútbol no entra esa palabra".