Los servicios de seguridad franceses acordonaron la zona e hicieron explotar un coche sospechoso que estaba mal estacionado en las cercanías del estadio donde habitualmente juega la selección francesa.
La policía cerró el perímetro donde se produjo la explosión y no permitió acercarse al lugar de los hechos a los aficionados de ambas selecciones, que escucharon la explosión tras ser avisados por las fuerzas de seguridad galas.