Organizar la Procesión de la Santa Sangre provocó que este partido se adelantase un día, con permiso de la UEFA, por motivos de seguridad. Y el Estadio Jan Breydel, a rebosar, celebró el 1-0 en el minuto 20 cuando Hans Vanaken peinó un centro a pie cambiado de Igor Thiago desde la banda izquierda.
Sin embargo, el equipo 'viola' apretó en ataque y remató tres veces a los postes antes de que M'Bala Nzola recibiera en el 82' un rodillazo de Brandon Mechele en su intento de cabecear. El árbitro pitó penalti y Lucas Beltrán lo marcó para el 1-1, a la postre definitivo y que metió al conjunto de Florencia en la final del 29 de mayo.
El Olympiacos, con una renta de dos goles a favor tras el 2-4 de la ida, busca con José Luis Mendilibar en el banquillo la primera final europea de su historia ante el Aston Villa, de otro español, Unai Emery, que espera remontar en Atenas para colarse en la final tras el duro varapalo de la ida.
El equipo que dirige José Luis Mendilibar llega en un buen momento a esta partido porque encadena cuatro partidos sin perder y en la Liga griega sigue teniendo opciones, ya que está a cinco puntos del líder, pero cuenta con un partido menos que el AEK, al que se enfrentará la próxima semana.
Enfrente está el Aston Villa, que ha cedido el favoritismo tras el 2-4 de la ida, recibieron una lección de puntería en el partido jugado en Birmingham y para tratar de paliar esto esperan contar con Emiliano Martínez debajo de los palos, tras un par de semanas de ausencia del arquero entre suspensiones y lesiones. La actuación de Robin Olsen en la ida dejó mucho que desear y el portero argentino, por su carácter y su recurso parapenaltis, es un activo muy importante en esta clase de eliminatorias.