"Nosotros no teníamos presión ninguna. No sé si me creerán o no, pero no ensayamos penaltis; lo anotamos en nuestro programa día a día y por alguna razón, porque llovió, porque había viento, porque ya se fue el otro... por lo que sea, no tiramos penaltis. No estaba ese escenario contemplado. Cuando preguntas y todos quieren tirar, sabes que la cosa va bien. No se esconde nadie", declaró en rueda de prensa.
En este sentido, reconoció que estaba "tranquilo" porque no eran "favoritos". "No tenemos por qué ser favoritos en una competencia en la que hay ocho o diez equipos que de antemano saben que pueden llegar, y no tú. Esa falta de presión nos fue ayudando a ir creciendo en la competición y hoy llegamos con esa tranquilidad de saber que si te gana es normal. Nos tenían sometidos en los últimos partidos, veníamos un poco a ver qué pasaba, pero sin meternos presión", apuntó.
"Sufrimos como perros", dijo, asegurando que "el penalti que paró Greif fue el clic". "Son momentos puntuales que nos vinieron a ayudar y a reforzar el estado anímico", desveló. "No éramos favoritos, en las quinielas no entrábamos en ninguna. Llegamos a la final con esa dosis de fortuna que hay que tener, con esa dosis de presión para el rival que también ayuda", añadió.
El técnico mexicano afirmó que es "un orgullo" haber podido guiar al Mallorca a la final. "Llevamos dos años aquí y creo que la gente nos ha aceptado bien, nos ha apoyado siempre desde que empezamos, y es una manera de devolverles el cariño que nos da la afición. La gente en la calle siempre me deseaba suerte y ánimo, me daba fuerza", manifestó.
Sobre el rival en la final, sea el Atlético o el Athletic, sabe que tampoco serán favoritos, aunque irán "a competir". "Estando en esta instancia, no perdemos nada", expresó. "No estamos acostumbrados a jugar finales. No hubo necesidad de incidir en la importancia del partido. Ellos sabían que puede haber un antes y un después de este partido para sus carreras deportivas. En el vestuario había más jugadores con descensos que con títulos. Esa humildad, ese amor propio de ser profesional te lleva a comprometerte, te lleva a competir, te lleva a sentirte que puedes, que vale la pena el esfuerzo", subrayó.