Barcelona 2 - 0 Real Sociedad
Del posible 0-1 al 1-0. En un minuto y en una jugada cambio la suerte de la eliminatoria. De un penalti de Busquets a Vela no señalado se pasó al gol del centrocampista y la expulsión de Íñigo Martínez. Noche negra para la Real que aún recibió un gol en propia puerta de Zubikarai tras un disparo al palo de Alexis en la segunda parte.
El Barcelona dio el penúltimo paso hacia la final de la Copa del Rey al derrotar a la Real Sociedad en el Camp Nou (2-0), en un partido que el conjunto azulgrana dominó sin alardes y que se le puso muy cuesta abajo con el gol de Busquets y la expulsión de Íñigo Martinez al filo del descanso.
Del 0-1 al 1-0
Faltaban tres minutos para el final de la primera mitad cuando Vela se plantó delante de Pinto. Pero el punta mexicano, desequilibrado por Mascherano, estrelló su disparo forzado en el pie derecho del meta azulgrana, mientras el Camp Nou respiraba primero aliviado y coreaba el nombre del sustituto de Valdés poco después.
En la jugada siguiente, Sergio Busquets hacía el 1-0 al resolver un lío en el área a la salida de un córner y perforaba por fin la meta de Zubikarai, después de que el Barça hubiera desperdiciado media docena de ocasiones claras en la primera mitad.
El tanto local enojó al donostiarra Íñigo Mártinez, que corrió a protestarle al árbitro el más que posible penalti que se acababa de producir en el otro área, y acababa expulsado con roja directa.
El partido pasó de un posible 0-1 con expulsión de Mascherano incluida al 1-0 y siendo la Real el equipo que debía jugar toda la segunda parte con un hombre menos. Esa fue la jugada clave de un encuentro extraño, difícil explicar desde la óptica culé sin recordar lo que les pasó a los azulgranas el pasado sábado ante el Valencia, y en el que la Real no tuvo un día nada afortunado.
Puso el Tata Martino a casi toda la artillería, un once prácticamente de gala en el que una vez más Fàbregas le ganó la partida a Iniesta, de nuevo carne de banquillo.
Debía salir el Barça a olvidar con fútbol y goles el último e inesperado tropiezo liguero. A borrarlo de un plumazo con una actuación convincente ante su parroquia, de nuevo muy escasa (menos de 40.000 espectadores) en otro partido nocturno entre semana, de esos que acaban casi a la hora en la que empiezan a llenarse los bares de copas.
Sin embargo, a los locales, faltos de confianza, les costó entrar en el choque. La Real Sociedad sabía que al rival llegaba 'tocado' a la Copa y jugó con eso mientras pudo. Bien arropado atrás -Jagoba Arrasate armó un once con tres centrales- y con las líneas muy juntas, esperó a que el Barça fuera cometiendo errores en busca de una oportunidad a la contra. Griezmann la tuvo al inicio.
Al francés le cayó en la frontal un mal despeje de Mascherano y puso a prueba a Pinto con un tiro seco que encontró una buena respuesta en el hoy ciertamente inspirado meta azulgrana.
Griezmann tuvo la primera de la Real al principio del partido y Vela la última antes del descanso. Entre una y otra, el Barça, de menos a más y con más oportunidades que fútbol, pudo hacer media docena antes de que apareciera Busquets para marcar el 1-0.
Zubikarai despejó a córner un remate en semifallo de Cesc, Alexis envió al exterior de la red un disparo con el meta visitante prácticamente batido y Messi tuvo un doble ocasión que obligó a lucirse de nuevo al portero de la Real Sociedad antes de estrellar en la cruceta una falta desde la frontal.
2-0 y ¿eliminatoria finiquitada?
El partido ya no tuvo historia tras la reanudación. La Real, con un hombre menos, solo aspiraba a salir vivo del Camp Nou. Había perdido a Mikel González por lesión en la primera parte y encima se complicó aun más la eliminatoria al meterse un gol en propia puerta al cuarto de hora de la segunda.
Alexis recibía de Cesc al espacio y cruzaba el balón contra el palo. El rechace fue a parar a Elustondo quien, en lugar de enviar fuera el esférico, lo estrelló contra el cuerpo de su portero antes de que acabara en el fondo de la red.
Ni siquiera brilló el Barça a partir del 2-0, pese a jugar con el marcador a favor, en superioridad numérica y con una Real entregada que renunció hasta salir al contragolpe. Llegó por inercia con remates de Xavi, Pedro, Alves y una espectacular volea de Messi que despejó Zubikarai, y mejoró algo sus prestaciones con la entrada de Iniesta.
Pero le faltó continuidad, precisión en la circulación y esa confianza en su fútbol que parece haber perdido en las últimas semanas. Aun así, tiene media final de Copa en el bolsillo. Si Anoeta no lo impide dentro de una semana.