El Real Madrid sacó adelante su encuentro frente al Iberostar Tenerife (82-91) en un partido que dominaron casi durante todo el encuentro, y sacaron provecho de los aciertos exteriores de hombres como Randoplh, Rudy, Sergio Llull y Thompkins, quienes no perdonaron.
El conjunto tinerfeño sumó su sexta derrota consecutiva y se aleja de los ocho primeros en un momento de la competición muy delicado donde no solo debe intentar recuperar su condición de candidato a estar entre los ocho primeros, sino que debe afrontar el miércoles, un duelo vital contra el Hapoel Jerusalém.
El equipo tinerfeño no fue el de esas ocasiones históricas donde ha podido con grandes equipos. Se vio superado por un real Madrid que lo superó en todos los aspectos, tanto en los lanzamientos exteriores como en el juego interior. Así es imposible ganar.
Pero bueno, el Iberostar Tenerife no es de esos equipos que se suelen rendir y aunque Rudy Fernández y Randolph dieron las primeras ventajas para su equipo (5-13, min.5), tras un tiempo de Txus Vidorreta cambió el juego local y logró marcharse al final del primer cuarto empatado a 22 puntos.
El segundo cuarto fue muy similar con un Real Madrid dominador de todo, aunque con diferentes protagonistas. Fue Thompkins quien no falló desde fuera y un parcial de 2-12 para los blancos llevaron al Real Madrid a su máxima diferencia hasta el momento (24-34). La reacción local también llegó en este periodo, pero no lograron alcanzarlos y se llegó al descanso con un 40-49.
El tercer cuarto fue clave, con Llull de protagonista –tres triples consecutivos- el Real Madrid logró irse hasta los 21 puntos 40-61, una diferencia que parecía ya insalvable para el cuadro de Txus Vidorreta, aunque antes de llegarse al término de ese tercer periodo el cuadro lagunero logró maquillar (59-75).
El último cuarto fue el más entretenido de todos. Los tinerfeños apretaron tras dos triples de Lucca Staiger (66-77) y luego uno de Bassas (69-77, min.33). Todavía era posible darle un giro al partido, pero no fue así porque el Real Madrid, pese a las dudas iniciales, tenía controlado el partido y supo mantener la distancia hasta el final del choque.